Sentada en una poltrona roja en las oficinas de Analiticom, su empresa, un emprendimiento que inició hace nueve años,  Ana Isabel Otero habló sobre emprender y de cómo “surfear la ola” en la crisis.

“Inicialmente lo que me motivó para comenzar un proyecto como este fue la idea de crear un servicio que a más nadie se le había ocurrido en aquel momento. Nosotros hicimos lo contrario a otras agencias que comenzaron haciendo páginas web y después redes sociales”, relató.

La necesidad de innovación y su curiosidad por las redes sociales y el Internet la llevaron a crear lo mismo que hacía para ella, pero para las empresas. “Por qué si podemos tener un perfil en Facebook, una empresa no puede tenerlo y vender sus cosas por ahí, si ahí es donde están las personas”,  fue la interrogante que motivó a Otero en ese momento.

Relató que en un principio la tarea de conseguir clientes no fue fácil. Sin embargo, la constancia y la persistencia la catapultaron al éxito.

“Me quedo corta si te digo que yo toqué 100 puertas para que me abrieran la primera. La gente no entendía de qué era el servicio, se preguntaban ¿por qué te voy a pagar a ti para que me abras en Facebook?”, dijo.

La fe en su proyecto la ayudó a continuar en el camino. “Al final creí en nuestra idea, en el  servicio y me aventuré en ver quién era el valiente que no los compraba. Nuestro primer cliente fue Valmy, que aún sigue con nosotros”.

“Teníamos tanta pasión por lo que hacíamos, nos gustaba y creímos tanto en nuestra idea que de verdad nos fajábamos. Yo creo que cuando uno se apasiona por lo que hace es muy difícil que no salga bien. A Valmy le empezó a ir bien y así de boca a boca empezaron a llegar otros clientes que le gustaba lo que estábamos haciendo. La lista de clientes hoy en día es larga,  pero fue básicamente porque nosotros creímos en nuestra cuestión. Estábamos enfocados en lo que teníamos hacer y trabajamos muy duro para eso”, señaló.

Otero considera que Venezuela no es la Venezuela de bonanza que era hace ocho o nueve años, sino que está llena de adversidades que hacen más complicada la tarea de emprender.

“Aquí uno gasta demasiado tiempo en unos temas que no lo ameritan y que en otros países no pasa. Sin embargo, creo que en todas las economías con adversidades siempre hay oportunidades”, agregó.

Aseguró que la crisis le ha permitido reinventarse y, de no ser así, serían la misma empresa de hace años atrás. “Hubiéramos tenido que bajar la santamaría”, dijo.

“Es la clave para poder pasar los baches en el camino. Yo creo que esta crisis no va a ser eterna, pero en este momento la mejor manera de poder sobrepasar,  y hasta de crecer, es reinventarse, revisar detalles de cada proceso”, expresó.

La emigración también se suma a los elementos que complican la tarea de emprender aumentando la rotación de personal y haciendo difícil el proceso.

“Antes no teníamos rotación de personal. La gente nos duraba cinco años, no se iban y crecían aquí. Ya eso nos pasa muy poco porque la rotación es muy alta. Este es un oficio que es ‘muy sexy’ en el exterior y que aquí en Venezuela se hace muy bien. Nosotros hemos tenido que cambiar un poco nuestras políticas de contratación. Los entrenamientos los hemos hecho mucho más express y tenemos que tener mucho más filtros”, expresó.

—¿Qué tenía un emprendedor en Venezuela hace nueve años, a nivel de circunstancias, que no tendría ahora?

—Hace nueve años, emprender era más fácil porque  había más dinero en la calle, más clientes y no existían los recortes en los presupuestos de las empresas que hay hoy. Esto hace que el gasto sea menor y al reducirse el gasto se reduce la cantidad de servicios o productos que va a comprar la gente. Hoy  en día tu producto debe tener un valor agregado muchísimo mayor del que tenía hace ocho años. La competencia es mucho mayor porque compites con un presupuesto más reducido.

Hoy en día la preparación del emprendedor es mucho más importante y más relevante de lo que era en ese entonces porque no había tantas trabas: legales, financieras y en términos de recursos humanos donde la experiencia y la preparación te pueden ayudar a sobrevivir ciertas cosas.  Y si no las tienes, el sistema te come, porque en Venezuela está hecho para fregar a los emprendedores. Cada día está más planteado para que al empresario no le vaya bien.

—A tu juicio, ¿cuáles son las ventajas de emprender en Venezuela?

—Yo pudiendo irme del país, no me voy.  No me interesa por el momento. Estoy viviendo aquí y vivo las mismas realidades que vive todo el mundo. No estoy alejada de eso. Pero, al final, yo creo que este es un país muy noble, el recurso humano que uno consigue aquí no lo consigue en otras partes. Tenemos oficinas en Panamá, en Estados Unidos, tuvimos en México y en Colombia  —y las cerramos—. El recurso humano que se consigue aquí, la calidad de la gente, el trabajador venezolano, no lo he conseguido en ningún lado.

No me atrevo a decir que en ningún lado hay gente comparable a nosotros, sería muy hinchado de nuestra parte, pero me ha costado conseguir gente como la que consigo en Venezuela. Me gusta trabajar con los venezolanos.  Si logras reinventarte este es un mercado chévere para trabajar. En mi caso, que es la industria digital, el venezolano está muy educado, entonces, acepta campañas muy innovadoras que a veces en otros países no calan igual. Usa todas las redes y entiende toda las herramientas. Hacer una campaña aquí en Venezuela es muy bello.

A mí de verdad me encanta trabajar aquí. Como todo el mundo tengo malos días y boto piedra. Muchas veces digo que no entiendo qué estoy haciendo, pero al final siento que la balanza se inclina hacia lo positivo siempre y cuando aprendas a vivir con todo lo que se te presenta. Hay gente que no puede. Y eso yo lo entiendo, hay quienes que no pueden vivir con las adversidades que se presentan.

Si tú logras surfearte la ola y logras estar en el sistema, no hay nada más noble que el mercado venezolano.

—¿Hay futuro en Venezuela?

—Yo como emprendedora creo que las mujeres somos protagonistas en el futuro que hay en el país. Si yo no creyera en eso no estaría aquí trabajando por Venezuela. Creo que hay muchas cosas por arreglar. Es muy importante que la gente se conecte con que es responsabilidad de todos reconstruir el país y arreglar lo que está roto porque al final es nuestro país .

Yo creo que Venezuela es un país que tiene muchísimo futuro porque es un país que cuenta con muchísimos recursos. El venezolano es muy trabajador, noble y echado para adelante. A eso, súmale nuestra posición geográfica privilegiada. Ahorita estamos pasando por  una posición coyuntural política y económica que no está complicando todo, es verdad. Pero eso es un ciclo, como el que ha pasado en miles de economía y como está pasando en la nuestra. Considero que nos podemos recuperar. La mujer venezolana, que es muy trabajadora y muy echada para adelante, tiene un rol muy protagónico en esto.

—¿Cuál es tu mensaje para los jóvenes emprendedores?

—Mi mensaje es que emprendan, que no se queden achantados por el miedo, que lo hagan. Cuando me tocó emprender, en el momento en el que me tocó,  yo tenía todo en contra para hacerlo e igual lo hice. Peleé por un ratico, pero siempre creí en mi idea y era apasionada. Fui convenciendo a gente en el camino que se fue uniendo y al final esto fue creciendo, creciendo y hoy en dia a pesar del momento en el que estamos viviendo nosotros estamos creciendo y lo estamos haciendo porque trabajamos con una pasión increíble, porque amamos lo que hacemos y le ponemos todo a nuestro trabajo. Eso ayuda a que uno pueda crecer y a desarrollarse

Siempre he creído que esa venita que tiene el venezolano de emprendedor hay que explotarla. Es importante que los jóvenes se formen primero porque también hay una cultura de querer todo ya. Mira, yo me formé primero. Trabajé en varias empresas e hice varias cosas y aprendí de gente que sabía mucho más que yo.  Eso me ayudó en el momento que me tocó emprender a tener una experiencia como para hacerlo mejor y para poder afrontar ciertos retos.

Mi consejo para los jóvenes que están en Venezuela y que tienen alguna idea es que se aventuran en ella.  Y que surfear la ola parece difícil, pero en el momento que uno está allá adentro si se hace lo que a uno le gusta y se cree en lo que se hace, las cosas simplemente fluyen; inclusive en esta economía, en este mercado que está lleno de baches.


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