En medio de una sentida manifestación de dolor fueron sepultadas Ingrid Josefina Vargas Sequera, de 40 años de edad, y su hija Yacbel Sofía Sequera Vargas, de 8 años de edad, ultimadas el sábado en la noche en su residencia de la subida de La Ceiba, en San Agustín del Sur. El funeral se realizó en el Cementerio General del Sur, donde amigos y vecinos de las víctimas se hicieron presentes. 

Humberto Sequera, padre de la niña, manifestó que su hija murió por asfixia mientras que su madre, además de ser degollada, fue herida con un arma cortante.

La pequeña, que era la menor de los tres hijos de Ingrid Josefina, estudiaba 4º grado en el colegio Corazón de María ubicado en San Agustín del Sur. Los dos hijos mayores se encuentran en Colombia.  

Ingrid Vargas era ama de casa e integraba una familia de 11 hermanos que siempre vivieron en San Agustín del Sur. La vivienda donde las ultimaron era una herencia de sus padres.

Sequera manifestó que se enteró de lo ocurrido cuando lo llamaron a su domicilio en Valencia, estado Carabobo. Tenía 3 años separado de Ingrid Josefina y hace 15 días habló por última vez con madre e hija.

El sábado en la noche una niña amiga de Yacbel Sofía, que fue a jugar con ella a su casa, indicó que la madre de la pequeña discutía con su sobrino, el adolescente de 17 años de edad, quien ahora está solicitado por el Cicpc como presunto implicado en el doble homicidio.

Por ese motivo presumen que esa noche, una vez que la visitante se retiró de la vivienda, el joven las mató.

El domingo a las 6:00 am unos vecinos lo vieron salir de la casa; antes de irse, el presunto homicida cerró la puerta e hizo que la llave se partiera dentro de la cerradura de manera que nadie pudiera abrirla.

Se conoció que la madre del adolescente se encuentra en Perú y el muchacho se quedó solo en su vivienda, en Los Teques, por lo que decidió residenciarse en la casa de su tía en San Agustín del Sur.

Habitantes de las adyacencias manifestaron a los familiares de madre e hija que el sábado durante la noche no oyeron ruidos ni gritos en esa vivienda.

El domingo los vecinos no vieron a Ingrid Josefina ni a la niña, y el lunes en la mañana les extrañó no ver salir a la pequeña al colegio; en vista de lo cual se asomaron por la parte baja de la puerta y al ver que adentro había desorden, decidieron derribar la puerta. Una vez hallados los cadáveres, llamaron al Cicpc.

Los investigadores de la policía judicial prosiguen las averiguaciones y hay un operativo en busca del adolescente, como presunto implicado en el doble homicidio.


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