La amistad entre el dominicano Yairo Muñoz y el venezolano José «Cafecito» Martínez comenzó durante los primeros días de Muñoz en el campamento de los Cardenales. El quisqueyano llevaba tan poco tiempo con el club que algunos de sus útiles aún estaban en un bolso de los Atléticos.

Su primera conversación surgió, como es de esperarse, en las jaulas de bateo. Muñoz quedó maravillado ante lo lejos que volaban las bolas que salían del bate de Martínez.

«No lo conocía», dijo Muñoz acerca de Martínez. «Estaba viendo batear a José, le hice par de preguntas y él me dijo, ‘Ven conmigo'».

El resultado fue el tipo de ajuste que la mayoría de los bateadores demora en completar. El cambio generó una producción que los Cardenales no pudieron ignorar.

El club valora la versatilidad defensiva de Muñoz. Pero su swing fue lo que al final lo convirtió en una revelación en la pretemporada.

«Es difícil llegar a los entrenamientos y de una vez empezar a batear», expresó Martínez. «Él hizo un gran trabajo para demostrar que merece estar (con el equipo grande). El consejo fue que hay que esperar más y luego darle a la bola usando la mano de abajo. Para mí, los batazos por el suelo están prohibidos».


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