Algunos lo consideran el pueblo más bonito de Italia. Enclavado en lo alto de una colina, en plena Toscana, San Gimignano se descubre a lo lejos, rodeado de viñedos, en una estampa que se nos antoja espectacular.

Sus altísimas torres, auténticos rascacielos construidos durante la Edad Media, han sobrevivido al paso de los años, conformando una imagen imponente y singular: un skyline que lo ha convertido en uno de los iconos de esta hermosa región italiana. Y es que la localidad de algo más de 7.000 habitantes puede presumir, además, de tener la ciudadela mejor conservada de la Toscana.

A diferencia de la mayoría de las localidades vecinas, que han visto desaparecer sus emblemáticas edificaciones, San Gimignano todavía conserva 14 de los 72 peculiares rascacielos que llegó a atesorar. El más alto, la Torre Grossa, con sus 54 metros –algo así como 18 pisos de altura-, o el más antiguo, que data de 1298, la Torre Rognosa, de 51 metros, son claros reflejos de la riqueza de esta pequeña ciudad.

Su ubicación, a medio camino entre Florencia y Siena, en plena vía Francígena -la ruta peregrina europea que comienza en la ciudad inglesa de Canterbury y finaliza en Roma-, enriqueció a nobles locales. Estos, en su afán de demostrar su fortuna y su poder, rivalizaban construyendo imponentes torres que también tenían funciones defensivas, algo que sin duda, no dejaba indiferentes a los viajeros.

Siglos después, San Gimignano, que alardea de haber alojado al gran Dante Alighieri, sigue llenándose de foráneos, aunque ahora, ya no lo hacen empujados por motivos espirituales, sino por el interés de recorrer la Toscana y disfrutar de sus placeres terrenales. El agroturismo, una práctica muy extendida en la zona, es una opción ideal para hospedarse y vivir de cerca esta hermosa ciudad, catalogada como patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Tomado de http://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20180108/433907678569/san-gimignano-manhattan-edad-media-toscana.html


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