Los turistas llegan en jet privados y avionetas a Uvalde, Texas, un pueblo de poco más de 16.000 habitantes. Su propósito: manejar y disparar tanques de guerra.

Los visitantes vienen de otras partes de Estados Unidos, pero también de Europa y Asia. Buscan experimentar cómo los soldados de la Segunda Guerra Mundial dirimían sus batallas y conocer el alcance de los tanques de esa época, según Todd DeGidio, director general de DriveTanks, un parque bélico manejado por exmilitares.

A pesar de que existen dos lugares más en Estados Unidos donde se conducen tanques similares, este rancho texano asegura que es el único que ofrece dispararlos con munición y proyectiles reales, especialmente fabricados por una compañía en Tennessee.

Un tanque estadounidense Sherman, de la Segunda Guerra Mundial; un T-34 ruso, fabricado en la década de los cuarenta; o un Leopard, icónico carro de combate de la Guerra Fría, son algunos de los blindados disponibles.

“Recolectamos esta flota de distintos museos, veteranos de guerra y coleccionistas privados durante unos siete años y luego trabajamos para devolverles la vida, es decir, recuperar su capacidad de disparo”, señaló DeGidio, ex sargento del Ejército de Estados Unidos.

Los paquetes que ofrece el parque, que cumple un año en julio, puedan alcanzar los 8.000 dólares, aunque hay opciones más baratas que no llegan a los 500.

El local tiene, por ejemplo, un Panzerabwehrkanone 40, abreviado como PaK 40, un cañón antitanque alemán de 75 mm.

Incluso los niños pueden activar los equipos. El parque no impone un límite de edad pues lo deja a discreción de los padres.

“Hemos tenido a niños de 8 años disparando y a otros de 12 manejando tanques”, señala Drivetanks.com.

Fuente: EFE y Univisión


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