El dueño del hotel Charleville Lodge, en Dublín, Irlanda, le prohibió la entrada a inluencers, bloggers, youtubers e instagramers. El hombre tomó la determinación después de que la británica Elle Darby (87.000 suscriptores en YouTube y 76.000 en Instagram) lo contactó para pedirle cinco noches de alojamiento gratis a cambio de promocionar la propiedad en sus redes sociales.

“Trabajo como influencer en temas como estilo de vida y viajes. Mi pareja y yo pasaremos en Dublín el fin de semana de San Valentín. Mientras buscaba hospedaje, encontré su impresionante hotel y me encantaría enseñarlo en mis publicaciones”, proponía el mensaje de Darby, de 22 años.

La oferta sigue un modelo muy extendido en los últimos tiempos y que consiste en el canje de publicidad vía redes sociales por descuentos o acceso gratuito. Esta vez, sin embargo, el responsable del hotel, Paul Stenson, respondió públicamente al email a través de Facebook: “Querida influencer. Gracias por tu correo electrónico en busca de alojamiento gratuito a cambio de publicidad. Se necesitan pelotas para enviar un correo electrónico como ese. Si te dejo dormir aquí a cambio de salir en un video, ¿quién va a pagarle al personal que cuida de ti? ¿Quién va a pagar a las camareras que limpian tu habitación? ¿A los que te sirven el desayuno? ¿La recepcionista que te registra? ¿Debería decirle a mi personal que aparecerán en tu video en vez de pagarles? Mis mejores deseos. P. D. La respuesta es no”.

Stenson no identificó en su respuesta a Darby. Sin embargo, algunos usuarios supieron de quién se trataba y el asunto se propagó mucho más ampliamente de lo que la influencer hubiera logrado por sus medios. Y así comenzó lo que los medios británicos bautizaron (o etiquetaron) como #bloggergate.

Darby subió un vídeo a YouTube en protesta por la humillación (“Soy una chica que dirige su propio negocio desde su casa y no siento que haya hecho nada malo”) y Stenson dobló la apuesta en Facebook: “He tomado la decisión de prohibir a todos los bloggers entrar en nuestro hotel. Si alguno intenta ingresar será expulsado”, dijo, mientras disfruta de una exposición en medio de todo el mundo que jamás hubiera soñado ni probablemente logrado si aceptaba el trato original con Darby.


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