El puente más famoso de los Estados Unidos está de cumpleaños. El Golden Gate celebra ocho décadas como una de las estructuras más icónicas del país del norte, siendo la inspiración de cientos de cineastas, escritores y compositores a lo largo de su historia.

Ubicada en la bahía de San Francisco, esta estructura fue construida entre 1933 y 1937, transformándose en la mayor obra de ingeniería de su época. Tiene 1.280 metros de largo y 27 metros de ancho. Está suspendido entre dos torres de 244 metros de altura y sobre su plataforma se encuentran seis carriles para vehículos, además de pasillos protegidos para el tránsito de peatones y bicicletas.

Pese a su nombre, el puente es de color rojo y tras su construcción se debió pintar con urgencia para evitar el rápido proceso de oxidación del acero que produce el Océano Pacífico.

Admirado mundialmente por su resistencia a los últimos terremotos que han asolado la zona de California, el Golden Gate es un destino imperdible para los viajeros de todo el mundo que llegan hasta este lugar de Estados Unidos.

Se estima que cada año cruzan por este puente unos 41 millones de vehículos y la historia señala que solo en tres oportunidades se ha debido suspender el tránsito por la inestabilidad que se genera por el golpe del viento.

Según relatan los historiadores, durante su construcción se utilizaron por primera vez las llamadas redes de seguridad móviles que se ubicaban por debajo de la estructura y que debían detener la caída de los trabajadores que operaban en lo alto. Este sistema evitó la muerte de muchos operarios. Sin ir más lejos, de las 11 víctimas que se registraron durante las obras en altura, 10 murieron cuando el entrelazado de seguridad cedió por la presión tras la caída de un andamio.

El color rojo que actualmente ostenta la estructura no fue intencional, sino más bien fue el color que resultó tras aplicarse la primera capa de protector contra la corrosión ambiental. Con el tiempo se decidió mantener esa tonalidad que se fusionaba con el entorno.

Dada sus gigantescas dimensiones, la estructura cuenta con un equipo permanente de operarios cuya única función es mantenerlo completamente operativo. De ahí, por ejemplo, que su pintura es retocada diariamente por los expertos.

Los poderosos y gruesos cables que sostienen el puente fueron construidos con la técnica llamada “hilado de cable” que consiste en entrelazar numerosos alambres, no más anchos que un lápiz, para formar el tendido. Cada cable está compuesto por poco más de 27.000 alambres. Se estima que si se suman y extienden, estos darían la vuelta al mundo tres veces.

Por su popularidad, este puente ha sido plató de innumerables películas de Hollywood, entre las que destacan Vértigo (1958), X-Men: La batalla final (2006), Súperman (1978), El Halcón Maltés (1941), El Origen del Planeta de los Simios (2011) y Godzilla (2014).


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