Un historiador aficionado alemán asegura haber descubierto un tramo de 80 metros del Muro de Berlín original, reabriendo el debate entre enterrar el dolor que causó la división del país y la difusión del pasado entre los turistas y nuevas generaciones.

“Es una pequeña sensación”, asegura Christian Bormann, el vecino de 37 años del distrito de Pankow que ha revolucionado esta semana la capital con la difusión de su hallazgo, que ha copado conversaciones y titulares.

El descubrimiento, sin embargo, es de apariencia bastante humilde: una pared de ladrillo de unos cuatro metros de alto y en un estado de conservación precario –con agujeros y grafiti– en una zona boscosa junto a unas vías del tren en el extrarradio de la ciudad.

Una mirada más experimentada, explica Bormann, da rápidamente con varios elementos que apuntan a que ese muro esconde más historia de la que aparenta, pues sobre él quedan soportes para alambre de púas, cables de vallas electrificadas y restos de sistemas de alarma.

“Se trata de un fragmento del Muro de Berlín que se levantó en una primera fase, en 1961”, cuenta tras haber comprobado en el Archivo Federal que por allí discurría la denominada frontera interalemana.

En ese lugar, prosigue el historiador aficionado, había una serie de viviendas que fueron bombardeadas en la Segunda Guerra Mundial, pero uno de los muros comunes aguantó en pie y fue aprovechado años después por la Alemania oriental para su muro de protección “antifascista”.

“Luego, cuando construyeron el muro definitivo, en lugar de tirar éste y construir encima, lo levantaron algo más allá”, cuenta.

Con el derrumbe del sistema comunista en 1989, la mayor parte de los 166 kilómetros del muro que rodeó el Berlín occidental fueron tirados abajo, pero este tramo de la frontera original quedó allí, intacto y olvidado.

Bormann publicó su hallazgo esta semana en internet, del que se hicieron eco primero medios locales y luego nacionales e internacionales, pero él afirma saber de la existencia de este fragmento de la historia de Alemania desde hace 18 años.

Si hasta ahora no había dicho nada era porque temía que, como pasó con gran parte del Muro de Berlín tras la reunificación, se optase por echar abajo este tramo.

Sin embargo, el fragmento se encuentra cada vez más deteriorado y Bormann -que ha dado cuenta a las autoridades alemanas de su descubrimiento a la vez que lo hacía público- aspira ahora a que sea legalmente protegido.

En la actualidad tan sólo se conservan unos cinco kilómetros del Muro de Berlín entre el monumento conmemorativo del centro de la capital, un lateral de la Topografía del Terror (centro de documentación sobre los horrores del nazismo), el cementerio de los Inválidos y la «East Side Gallery», conocida por sus murales reivindicativos.

El muro, pese a las reticencias que su preservación aún suscita entre los berlineses por el dolor que causó, es uno de los grandes reclamos turísticos de la capital, que ha encontrado en este sector uno de los motores de su despegue económico.


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