A orillas del océano Pacífico, en el departamento colombiano del Chocó, vive la comunidad de Coquí, un caserío que busca impulsar su economía mediante la gastronomía típica basada en una variada oferta de moluscos, productos agrícolas y la pesca de ríos y mar.

Manos expertas de las mujeres dan color, sazón y sabor a la piangua, un molusco del Pacífico, así como a un sinfín de recetas a base de arroz, papa china, yuca, coco y atún, entre otros ingredientes.

Coquí, que forma parte del turístico municipio de Nuquí, está ubicado en una zona muy rica y fértil en la que sus habitantes pueden vivir de lo que pescan en el mar y en los ríos, así como de lo que siembran y recogen en la frondosa selva que crece a sus espaldas.

Sin embargo, las oportunidades laborales son escasas y hay índices altos de pobreza, así como enormes dificultades para acceder a la educación y a la salud, además de problemas de narcotráfico.

El Chocó es la región colombiana con mayor porcentaje de pobres, 62,8% según datos del Gobierno, y sufre una de las mayores tasas de desempleo, analfabetismo y mortalidad del país.

Es por ello que para la gente de Coquí, negros en su mayoría y unas pocas familias indígenas, la llegada del centro integral de gastronomía Zotea, iniciativa financiada por las fundaciones Chocó Emprende y Funleo, apareció hace cuatro años como una esperanza para el desarrollo de la región.

Zotea, nombre dado a las embarcaciones que ya no sirven para navegar y a las que se les dan otros usos, es un restaurante que cuenta con invernadero para cultivar especies de la zona y un centro de producción de aceite de coco y arroz del que se benefician más de 500 personas.

La responsable de capacitar a los cocineros es Leonor Espinosa, galardonada en 2017 como la mejor chef femenina de América Latina y creadora de FunLeo, que visita con frecuencia la región desde hace cuatro años.

Pero el proyecto no se queda solo en la gastronomía pues la comunidad también construyó el restaurante y el invernadero, de donde sacan cebolla roja, lechuga, remolacha, romero, pimentón, hierbabuena, tomillo y albahaca, entre otras especies para aderezar los platos que preparan.

El siguiente paso del proyecto será capacitar a la comunidad en administración, gerencia y mercadeo, entre otras cosas, para que tome el control total del restaurante y lo mantenga.


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