Cuiabá, una de las ciudades más verdes de Brasil, capital de un estado privilegiado en bellezas naturales y ubicada en el centro geodésico de Suramérica, se prepara para explotar su potencial turístico a los 300 años de edad y tras haber construido decenas de hoteles en que los clientes son escasos.

Un restaurante giratorio en la cima de su mayor rascacielos, diez nuevos parques, un museo de cera, la recuperación del centro histórico y la revitalización del Mercado Municipal y del muelle sobre el río Cuiabá son algunos de los proyectos que la ciudad planea licitar como parte de un proyecto para conmemorar 300 años el 8 de abril de 2019.

“2019 es el marco en el que nuestra capital conmemora sus 300 años y entonces le vamos a mostrar a todo Brasil y al mundo que tenemos condiciones de recibirlos, que tenemos oportunidades turísticas y que podamos competir y salir del eje Sao Paulo-Río de Janeiro y traer turistas al centro oeste del país”, dijo el titular de la Secretaría para los 300 años de Cuiabá, Júnior Leite.

Los empresarios hoteleros no niegan que el plan servirá para aliviar la crisis de un sector que, con decenas de cierres, empieza a perder las cerca de 10.000 camas con que amplió su capacidad en el último lustro.

“La verdad es que tuvimos un salto muy grande, hasta 2012, antes del Mundial, teníamos entre 6.000 y 7.000 lechos. Y para el Mundial muchos empresarios aceleraron sus inversiones en el sector hotelero y saltamos hasta 16.500 lechos”, admitió Jaime Okamura, presidente regional de la Confederación Nacional de Turismo en Mato Grosso, estado del que Cuiabá es capital.

La ciudad fue una de las doce sedes del Mundial de fútbol que Brasil organizó en 2014 y los hoteles consiguieron mantener hasta 85 % de su ocupación hasta ese año gracias a la prosperidad de Mato Grosso, el mayor productor de cereales y de carne de Brasil y uno de los principales exportadores de alimentos del mundo.

Pero la grave recesión brasileña se extendió al sector y redujo la tasa de ocupación hotelera en Cuiabá a 54% en 2015 y 2016 y obligó a algunos hoteles a cerrar o a reducir sus tarifas.

El proyecto turístico también prevé la organización de eventos de negocios y de competiciones deportivas internacionales, pero tiene como base el posicionamiento de la ciudad como punto de partida para visitar los tres ecosistemas de Mato Grosso: la Amazonía, el Pantanal y el Cerrado (sabana brasileña).

Además de ser conocida como “la ciudad verde” por sus árboles y de contar con una temperatura promedio de 26°C al año, por la que recibe el título de capital más calurosa de Brasil, Cuiabá cuenta con un centro histórico reconocido como patrimonio histórico de Brasil.

El obelisco que marca el Centro Geodésico de Suramérica, sus 16 museos y sus decenas de iglesias, construidas en la época en que la ciudad enriqueció por sus reservas de oro, serán escalas en los paseos de un autobús turístico de dos pisos que comenzará a recorrer en breve la ciudad como parte del proyecto “Cuiabá 300 años”.


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