El sol desaparece bajo la penumbra del horizonte rojizo de las espectaculares ruinas birmanas de Bagan en una escena famosa que antes se podía contemplar desde cientos de antiguos templos, pero ahora sólo se disfrutará desde cinco.En su último dictamen, cuya ejecución se hizo efectiva ayer, el ministerio de Cultura de Birmania decidió limitar los escenarios desde los que disfrutar del célebre crepúsculo, con el objetivo de preservar el considerado más valioso conjunto histórico del país y evitar el ?vergonzoso? comportamiento de algunos turistas.Varios medios locales apuntan que la decisión de las autoridades hace referencia de manera indirecta a un video colgado en las redes sociales en el que trabajadores de una clínica local aparecen cantando y bailando con ?ropa inapropiada? sobre uno de los templos.Birmania, también conocida como Myanmar, inició en 2011 una etapa aperturista tras permanecer prácticamente cerrada al exterior durante medio siglo, pero aún conserva y defiende de manera férrea sus tradiciones budistas. Bagan es uno de los enclaves turísticos más importantes del país debido a la riqueza arquitectónica que conserva en los más de 3.000 templos y estupas que se encuentran alrededor de esta ciudad, ubicada en la región central de la nación. Era una práctica común que los centenares de viajeros que cada día visitan la explanada donde se encuentran los recintos religiosos terminaran la jornada encaramados a uno de los templos para admirar el ocaso. Con la nueva medida, los visitantes tienen prohibido auparse en cualquiera de las edificaciones y se tendrán que conformar con ver el atardecer desde una de las cinco pagodas escogidas por las autoridades.Según los oficiales, la aglomeración de visitantes debilita las estructuras de los templos, algunos con más de mil años de antigüedad, y pone en riesgo la seguridad de los propios turistas. ?Durante el día se pueden visitar casi todas las pagodas. Que al atardecer se quiera limitar a un número de pagodas (para la vista de la puesta de sol) y garantizar la seguridad y que no haya problemas no me parece una mala idea?, apunta Josep Maria Niubo, gerente de la empresa de turismo Lotus Bonita.Aunque la iniciativa podría limitar el aforo de los viajeros que pretendan contemplar el espectáculo ?que el año pasado atrajo a 400.000 personas?, Niubo apunta que la visión desde las cinco pagodas autorizadas es suficiente. ?Sería una decepción no poder ver la puesta de sol, es una de las principales razones por las que decidí hacer una parada en Bagan durante mi viaje por Birmania?, apunta Nadia Sánchez, turista española que en dos semanas pondrá rumbo al país asiático.Birmania vive desde 2011 un crecimiento desenfrenado en la industria del turismo, con un veloz aumento desde los 800.000 visitantes registrados hace cuatro años hasta los más de 4,5 millones estimados a lo largo de 2015, según datos oficiales.?El Gobierno es consciente de que el turismo es un motor importante para el desarrollo económico del país (…) Se lo están tomando muy en serio y están haciendo una gran labor en materia de desarrollo turístico?, apunta el gerente de Lotus Bonita.El incremento en el número de visitantes incide en una mayor demanda de acomodamiento y otras infraestructuras, que hace unos pocos años eran deficientes.?El Gobierno está desarrollando planes turísticos. Se están mejorando las infraestructuras como el aeropuerto, las carreteras, se construyen hoteles (…) se ha mejorado la red eléctrica, los cortes de luz son ahora poco frecuentes, también ha mejorado el tema de las comunicaciones, como internet y la telefonía móvil?, sentencia el operador, que trabaja en Birmania desde 2012.Birmania busca que la Unesco reconozca el conjunto histórico de Bagan como patrimonio de la humanidad, aunque algunos expertos apuntan como un impedimento las ?chapuceras? renovaciones acometidas en los antiguos templos por la extinta junta militar. 


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