El jurista venezolano Alejandro Rebolledo está 100% convencido de que los alumnos de la clase magistral de 24 horas sobre el crimen organizado que va a dictar en Miami y con la que espera establecer un nuevo récord Guinness no solo no se van a dormir, sino que ni siquiera van a bostezar.

«Es un tema importante y fascinante», dice a Efe sobre su especialidad el hoy magistrado del Tribunal Supremo «legítimo» de Venezuela, quien ejerció muchos años como juez en su país y vive exiliado en Estados Unidos desde el pasado julio.

El narcotráfico, la trata de personas, el tráfico de armas y de órganos humanos, el lavado de dinero, la corrupción, el ciberdelito y la financiación del terrorismo serán algunos de los temas que abordará esta semana en un auditorio del Miami Dade College (MDC), la universidad con más alumnos de Estados Unidos.

Desde las 10 de la mañana del 8 de marzo hasta las 13 horas del día siguiente, con derecho a cinco minutos de descanso por hora, Rebolledo instruirá, por ejemplo, sobre las mafias que buscan a los sirios que quieren huir de la guerra y no tienen otra cosa que ofrecer que su propio cuerpo para que les vendan riñones, córneas y otros órganos que van a parar a pacientes en Egipto.

Cómo se lava dinero con criptomonedas, un medio de pago a su juicio «imparable» y muy propicio para engaños, y cómo se forman y actúan los cárteles del narcotráfico, son parte de la lección.

Rebolledo lleva días preparándose para la clase como si se tratara de una prueba deportiva. Está sometido a una dieta «para bajar el metabolismo» y controla la ingesta de líquidos.

«Todo lo contrario», señala cuando se le pregunta si su objetivo es emular a oradores de larga duración como los fallecidos Fidel Castro y Hugo Chávez o la legisladora demócrata estadounidense Nancy Pelosi que estuvo ocho horas hablando sin parar para defender a los jóvenes inmigrantes indocumentados conocidos como «soñadores».

Precisamente el tráfico de inmigrantes es algo que le toca muy adentro, tanto que la voz se le quiebra cuando dice que es «aberrante» lo que les obligan a hacer los traficantes para cobrarles el viaje hasta el otro lado de la frontera: desde prostituirse hasta vender drogas o donar órganos a la fuerza.

A Rebolledo lo que le interesa con este desafío Guinness es «llamar la atención sobre la delincuencia organizada trasnacional partiendo del tema Venezuela», pero con un enfoque internacional.

«El crimen internacional tiene el control de Venezuela. Estoy convencido de eso desde hace muchos años, no es algo de ahora», señala Rebolledo, quien ha sido asesor de «muchos cuerpos de policía» en el mundo y hoy tiene en EE UU una consultora especializada en «riesgos operacionales, reputacionales y legales».

La «muy seria y formal» organización Guinness de los récords aceptó su propuesta después de que uno de sus expertos se entrevistara con él.

Uno de los «adjudicadores» del grupo con sede en Londres seguirá «in situ» la clase magistral y será quien certifique o no si logra la marca.

Desde la bebida a la comida que «picará» en los momentos en que los alumnos le estén formulando preguntas hasta las idas al baño y la proyección de vídeos, todo está calculado por el equipo que acompañará a Rebolledo con el fin de que gane el Guinness.

La clase será transmitida en vivo por los «socios mediáticos» de evento, que está inspirado en otros realizados por la organización International Solidarity for Human Rights (Solidaridad Internacional con los Derechos Humanos), dice.

El jurista señala que una de las cosas en las que incidirá es que el crimen organizado está siempre «un paso por delante» de las fuerzas del orden, porque los Estados son maquinarias pesadas y burocráticas y los delincuentes son innovadores, rápidos y aprovechan todas las ventajas de la tecnología.


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