Hay cosas que tienen un encanto particular. A simple vista se observa la calidad de su manufactura, originalidad e incluso los kilómetros recorridos. Esto las convierte en referentes de otras épocas al tiempo que cuentan una historia propia. Las piezas vintage son de las más buscadas en decoración, pero es útil desarrollar cierta habilidad antes de adquirirlas. A continuación, una guía con los puntos básicos que se deben considerar.
Período. De acuerdo con especialistas de Oxford, existen diferencias esenciales entre los objetos catalogados como “retro”, “antiguos” y “vintage”. Los primeros aluden a modas de décadas recientes; los segundos son valiosas reliquias que datan de cien años o más; y los últimos oscilan entre mínimo veinte años hasta cien. Si bien dar con fechas exactas puede ser complejo –en especial si las superficies están muy gastadas o no se encuentran sellos de autenticidad–, siempre queda consultar sobre las aproximadas.
Acabados y soportes. Ya estén fabricados en materiales nobles como la madera de percheros y sillas, lujosos como la porcelana y cristal de vajillas y briseras, o prácticos como las aleaciones de apliques y marcos de espejos, es importante revisar con detalle tanto el exterior como el interior. Una prueba rápida es ponerlos a contraluz para ver remiendos o daños bajo las pátinas. Todo esto incide en el precio final.
Sistemas. Al seleccionar cualquier artefacto eléctrico –lámparas tipo araña, teléfonos, globos luminosos, relojes y demás–, hay que comprobar el funcionamiento de los mecanismos y estado de enchufes, cableado e interruptores. De lo contrario, se corre el riesgo de causar cortocircuitos. Es oportuno solicitar la asistencia de vendedores y técnicos en ferias o anticuarios. Ahora, si persisten las dudas, mejor disponerlos solo como adornos en halls de entrada, estudios o salas de estar.
Restauración. Vintage no quiere decir en mal estado. Aunque los colores desvaídos y ciertas imperfecciones aumenten su atractivo, igual se trata de enseres costosos. Con las esculturas de diseñadores, cuadros, muebles lounge y otros “tesoros” menos comunes, como baúles, artículos de tocador e instrumentos musicales, una opción es restaurarlos en talleres artesanales.
Nuevos usos. Los accesorios añejos destacan por sí solos. La parte creativa está en darles un propósito distinto, por ejemplo: un par de maletas pueden transformarse en mesas de noche, herramientas en pisapapeles de escritorio y servilletas bordadas en pantallas. Hoy día las redes sociales ofrecen cientos de ideas ajustadas al presupuesto disponible.
Viñetas artísticas
Para crear focos de interés visual, basta agrupar elementos contrastantes y dejar el protagonista en el centro. Jugar con las escalas y matices también es clave.