Tras el anuncio de la convocatoria de las elecciones presidenciales en febrero por parte de la asamblea nacional constituyente, el Grupo de Lima evaluó la situación y decidió revocar la invitación de Nicolás Maduro a la Cumbre de las Américas.

El anuncio fue realizado por la ministra de Relaciones Exteriores del país anfitrión, Cayetana Aljovín: “La presencia ya no será bienvenida”. Esto fue argumentado por un texto aprobado en 2001 en Quebec, que estipula que cualquier alteración o ruptura del orden democrático en cualquier estado del hemisferio es obstáculo insuperable para la participación del gobierno en la Cumbre.

Esta decisión fue respaldada por países como Canadá y Estados Unidos, así como también fue rechazada por Cuba, Ecuador y Bolivia.

Por su lado, Maduro aseveró que haría todo lo posible para ir al evento: «Llueva, truene o relampaguee iré a la Cumbre de las Américas”.

Pese a la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, Perú recordó tajantemente en varias ocasiones la exclusión del presidente. Asimismo, él insistió en su asistencia a la reunión.

Sin embargo, este martes Nicolás Maduro anunció que no irá a la Cumbre de las Américas, ya que considera que ir es “una pérdida de tiempo”, por lo que se quedará en Venezuela conmemorando el golpe de estado del 2002.

Ante esta situación de confusión, El Chigüire Bipolar explicó -satíricamente- la posible maniobra de Maduro.

“Una fuente allegada al gobierno, que habló con nosotros a condición de mantener su nombre en el anonimato, aseguró que esto no es más que una maniobra de distracción, y que Maduro claro que asistirá a Lima porque si algo le gusta a él es el turismo presidencial, especialmente cuando hay refrigerios”, señala El Chigüire Bipolar.

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