Diciembre es el mes de los balances y enero el de las metas nuevas. Empezar el año con motivación para alcanzar los objetivos es fácil, Lo difícil está en mantener ese espíritu el resto de los meses. Hacer más ejercicio, tomar más agua, comprarse un carro, remodelar, disminuir el estrés o ir de viaje

Objetivos reales
El psicólogo Luis Ávila, director del Centro Psicológico Hablemos, recomienda plantearse metas concretas, objetivas y alcanzables. La emoción y el optimismo propio de los nuevos comienzos pueden hacerte sentir que eres capaz de lograr lo que sea. “Pero hay que enmarcar los objetivos siempre dentro de situaciones posibles”, acota.

María Alejandra Celis, coach motivacional, también considera que los propósitos de Año Nuevo deben tener tres características: ser motivadores, posibles y detallados. “Lo ideal es que estén alineados con tu pasión o propósito de vida. Tienen que hacerte crecer o mejorar desde la posición en donde estás ahora. Eso será el combustible para lograrlo”.

Fija un plazo
Otro aspecto importante es asignar un tiempo determinado de cumplimiento de metas. Ambos especialistas coinciden en que una meta sin fecha límite es solo un sueño. Enunciar los objetivos con fecha de caducidad, como por ejemplo “bajar 5 kilos para el 28 de julio de 2019” le imprime carácter de compromiso a lo que se quiere lograr.

Los plazos, además, deben asignarse en función de la complejidad del objetivo y del estilo de vida de cada quien. Este detalle hay que tomarlo en cuenta, porque podrías plantearte propósitos que se parecen más a la vida de otras personas que a la tuya. Ello implica partir de una evaluación honesta de la situación actual. “Las metas también tienen edades”, explica Ávila. “No es lo mismo lo que quieres lograr a los 20 que a los 50 años”.

Revisión mensual
Para lograr lo que te propones, revisa tus metas al final de cada mes. Este seguimiento te hará más consciente del progreso. “Escribir la evaluación y los objetivos en papel te permite visualizar lo que deseas. De lo contrario, solo serán ideas abstractas. Es el primer paso para sacar nuestra meta del plano de las ideas y llevarlo a la acción”, explica Celis.

De menor a mayor complejidad
Las metas deben estar dispuestas en la lista de forma escalonada, de menor a mayor complejidad. Según Ávila, ello ayuda a que un propósito empuje al otro. “A medida que logras las más sencillas, mantendrás la motivación para alcanzar la siguiente”, afirma.

Ten un propósito de vida
De acuerdo con Ávila, las personas no suelen tener una cultura de proyecto de vida y ello genera que se sientan extraviadas sobre hacia dónde van. En esos casos, Celis propone revisar las motivaciones más profundas: qué te hace feliz y cuál es tu propósito de vida.

Metas polifacéticas
Las especialistas coinciden en que la lista de metas debe organizarse en función de las áreas de la vida. Las personas deben plantearse metas profesionales, financieras, sociales, de salud y espirituales. Siempre “concretas, objetivas y alcanzables” con un tiempo de ejecución. Ávila recomienda que las personas deben plantear uno o dos objetivos ideales en el año, que despierten la imaginación y la creatividad.


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