Las manifestaciones artísticas son muchas y de estilos diversos. Si bien las descripciones en galerías y catálogos digitales incluyen especificaciones sobre la técnica, formato, fecha y datos relevantes, como el nombre del autor, hay una cualidad que no pasa inadvertida: el magnetismo. Es este el que genera esa primera reacción y construye un significado especial a medida que las personas las observan. Por esta razón se convierten en protagonistas de la decoración de cualquier espacio.

Actualmente se pueden elegir entre las formas tradicionales, tales como pinturas figurativas o abstractas, esculturas, serigrafías, grabados o series fotográficas y otros objetos, igualmente preciados, pero menos comunes y cuya cotización está en alza. Entre ellos se cuentan las piezas originales de diseño –particularmente sillas y lámparas de las décadas de 1940 a 1970–, las tallas de madera, vasijas de porcelana fina, tapetes tejidos a mano de más de cien años, ilustraciones o pósters vintage, biombos orientales u obras cinéticas.

Sin embargo, para lograr una estética prolija, los interioristas recomiendan tener en cuenta elementos como la paleta cromática, el mobiliario y los diferentes accesorios antes y después de sumar alguna expresión plástica. Mary Triny Luna, directora creativa de Visign Studio, explica los principios básicos que se deben seguir:

Tamaño. Debe ser cónsono y ajustado a las dimensiones del lugar, ya sea un dormitorio, una sala-comedor o un estudio. De lo contrario, se creará un punto focal extremo que alterará el balance general.

Materiales. Cerámica esmaltada, madera repujada, cristal, laminillas de metal o papel, cada uno tiene una textura propia, pero esta debe complementar el estilo decorativo preexistente.

Luz. Para que la obra resalte hay que emplear iluminación natural y artificial. “Los apliques de intensidad graduable permiten apreciar los contrastes de las pinceladas, las sombras que proyectan y, además, son una herramienta sutil para direccionar la atención de los residentes”.

Colores. Aunque es válido emplear matices brillantes, como amarillos y turquesas, no hay que exagerar. Para que la composición no quede anulada, curadores y diseñadores sugieren dejar la pared de fondo blanca. Si se trabaja sobre mesas o aparadores, se deben medir las alturas y despejar la superficie; así no habrá un choque visual.

Íconos en pixeles 

Como reflejo de la cultura, las expresiones artísticas no solo plasman ideas, sentimientos y cánones de belleza. También evolucionan según las necesidades de los usuarios y tecnologías disponibles en cada sociedad. Ejemplo de esto es Prixelart, una iniciativa  surgida en el país y enfocada en el mundo gráfico, particularmente en la fotografía. «Diseñamos cuadros originales que tienen un lienzo con imágenes de artistas venezolanos, las cuales se pueden personalizar, y luego exhibirse o llevarse enrolladas a cualquier lugar», comenta Ricardo Capuz, cofundador de la empresa.  

El concepto se caracteriza por su practicidad y, también, por exaltar los paisajes y monumentos icónicos de la capital y de varias regiones. Algunos de los más demandados son las vistas del Ávila, los tepuyes de la Gran Sabana o las playas de Los Roques, que pasan a ser los sujetos de la obra de arte.

«Contamos con un galería que se renueva con frecuencia, y con una serie de marcos que se adaptan a los formatos», explica Diego Henríquez, socio de Prixelart. Entre las opciones están el MiniQ, el más pequeño y que fue ideado para colocar sobre escritorios, mesas o repisas aéreas; el Flip, que se despliega horizontalmente y lleva molduras laterales; o el modelo To Go, que abre en vertical. Los set de varillas están hechos en MDF y son barnizados en tonos oscuros para que no compitan con el colorido de las fotos.

Los novedosos cuadros digitales se imprimen directamente en láminas de PVC y varían entre 20 x 10cm hasta 150 x 50cm. “Cada pieza es transportable e intercambiable, lo que aumenta la versatilidad a la hora de decorar o regalar a quienes se mudan a otra ciudad o fuera del país”, menciona Capuz.

Aunque las mayores colecciones del mundo todavía son privadas y suelen formar parte de herencias o ser adquiridas en subastas internacionales por cuantiosas sumas económicas, cada año las nuevas alternativas van ganado terreno, volviéndose una disciplina menos elitista.      


Restauración

La preservación ante los elementos naturales, plagas y deterioro por el tiempo es una tarea constante. Por eso, antes de reparar cualquier daño por iniciativa propia, se debe consultar con expertos que evalúen el estado y traten los objetos por separado. Esto suele demorar desde 15 días hasta meses, todo en pro de la mantener su originalidad.      

Fuentes:

Mary Triny Luna

www.visign-studio.com / Instagram @visignstudio

Prixelart

www.prixelart.com / Instagram @prixelart


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