El suizo Stanislas Wawrinka -número 3 mundial- se vengó de lo ocurrido el año pasado en las semifinales de Roland Garros y derrotó en la misma ronda y el mismo lugar a su verdugo de entonces, el británico Andy Murray -primero de la ATP- en cinco sets, por 6-7 (6/8), 6-3, 5-7, 7-6 (7/3) y 6-1.

Tras una larga y emocionante batalla de 4 horas y 34 minutos, el suizo jugará el domingo en el duelo por el título con el ganador de la segunda semifinal, que disputan también este viernes el español Rafael Nadal y el austríaco Dominic Thiem.

Wawrinka se proclamó campeón de Roland Garros en 2015, pero el año pasado Murray le derrotó en las semifinales y le privó de poder defender su corona.

El jugador suizo espera conquistar su cuarto torneo del Grand Slam, ya que, además de ese título en París hace dos años, fue campeón del Abierto de Australia en 2014 y del Abierto de Estados Unidos en 2016. Siempre que alcanzó el último partido de un grande terminó luego levantando el trofeo.

Se convirtió además -con 32 años y 75 días- en el jugador de más edad en llegar a la final de Roland Garros desde que lo consiguiera en 1973 el yugoslavo Niki Pilic (33 años).

Murray no pudo repetir presencia en la final de Roland Garros, un torneo que nunca ha ganado, y continúa sembrando dudas tras el espectacular segundo semestre de 2016, que le permitió pasar a encabezar el ránking mundial. En este 2017, su trayectoria ha sido muy irregular y en el Abierto de Australia había caído en los octavos de final.

El duelo ante Wawrinka este viernes era el segundo del año en el que tenía que enfrentarse a un Top 5. El otro fue en la final de Doha, contra Djokovic, y el británico también fue derrotado.

Batalla de nervios 

En el partido de este viernes, Wawrinka pudo haber resuelto antes si hubiera aprovechado bien las ocasiones de las que se dispuso en las dos mangas que perdió.

En la primera desperdició una bola de set y tuvo en dos ocasiones un break de ventaja en el tercer set. «Tuve demasiadas dudas para ganar el primer y el tercer set, pero sentía que podía retomar el control. Andy siempre te hace jugar una bola de más, te hace jugar mal», analizó Wawrinka nada más terminar el partido.

«Pero con un ambiente como éste, lo tienes que dar todo. Es increíble poder volver a jugar una final aquí», dijo a los espectadores de la central de Roland Garros, que le apoyaron mayoritariamente durante el encuentro.

Murray había generado muchas dudas en los últimos meses. Estuvo entre mediados de marzo y de abril de baja por una lesión en un codo, antes de una temporada europea sobre tierra muy decepcionante, donde apenas sumó cuatro victorias en tres torneos (Barcelona, Madrid, Roma).

En París había encadenado cinco victorias, pero este revés le devuelve a la realidad y le deja en puertas de la que hubiera sido su duodécima final del Grand Slam.

El tenis británico seguirá sin triunfar en París, donde no gana este torneo desde 1935, cuando se impuso Fred Perry. »Intenté seguir luchando hasta el final, pero él jugó bien todo el partido», reconoció Murray.


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