Rafael Nadal no se detiene. El raqueta, número uno del mundo, salió anoche a dar un paseo por el complejo de Flushing Meadows, en Nueva York. Y caminó sin problemas. Solo encontró obstáculos en el primer set, cuando Juan Martín del Potro mostró signos de rebeldía y se llevó la primera manga 4-6.

Después de eso todo fue un monólogo. Nadal sacó la clase, esa que lo ha caracterizado, y decidió apretar el acelerador. Y fue tan a fondo que el de Manacor se llevó el segundo set con un contundente 6-0.

Nadal de dedicó después a no darle chance alguno al argentino y cargó con las otras dos mangas 6-4 y 6-3 para acceder a la tercera final de Grand Slam en 2017, luego de perder en Australia con Roger Federer y salir airoso en Roland Garros.

“Ha sido mi mejor partido en el torneo. Ataqué cuando debí y supe defenderme”, dijo Nadal, que regresa a una final del abierto estadounidense desde 2013.

El español se enfrentará mañana en la final con el surafricano Kevin Anderson, quien despachó a Pedro Carreño. “Será un partido difícil. Él (Anderson) está jugando un buen tenis y estoy seguro de que va a hacer una gran final”, manifestó.


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