Oscar Michael Shannon, nominado a dos premios Oscar, coprotagoniza junto a Michael B. Jordan la adaptación para la pantalla de la clásica novela de Ray Bradbury Fahrenheit 451, realizada por Ramin Bahrani, y que rota en la pantalla de HBO.

La acción está ambientada en un mundo distópico en el futuro cercano tras una segunda guerra civil estadounidense. Allí, los medios de comunicación son el opio de las masas, los hechos y la historia son reescritos y los libros son quemados por los «bomberos».

Jordan interpreta a Montag, un joven carismático y en ascenso que comienza a cuestionar sus creencias y se torna en contra de su mentor, el capitán Beatty, interpretado por Michael Shannon. Sofia Boutella encarna a Clarisse, una de las informantes de Beatty que también es parte del movimiento clandestino que lucha para salvar libros. Clarisse alienta a Montag a unirse a la rebelión.

Shannon nació en Lexington, Kentucky, y comenzó a actuar en la escuela. Trabajó extensamente en teatro y debutó en el cine con un pequeño papel en El día de la marmota (1993).

Ha sido nominado para el premio de la Academia al Mejor Actor de Reparto dos veces, por Solo un sueño de Sam Mendes (2008) y Animales nocturnos de Tom Ford (2016).

Sus otras películas incluyen Shotgun Stories, Antes de que el diablo sepa que estás muerto, The greatest, Enemigo interno (también conocida como Un maldito policía en Nueva Orleans), The runaways, Jonah Hex, Take shelter, El soldado de Dios, Mud, El hombre de hielo, El hombre de acero, Young ones, 99 Homes (dirigida por Bahrani), La noche anterior, Frank y Lola: amor, sexo y traición, Midnight special, Batman vs. Superman: el amanecer de la justicia, Poor boy, Elvis & Nixon, La forma del agua, The current war, 12 valientes What they had.

Shannon también encarnó a Nelson Van Alden en la galardonada serie de HBO Boardwalk Empire y recientemente terminó de rodar la adaptación para televisión de la novela de John le Carré La chica del tambor, realizada por la BBC.

–¿Cuál es su relación con los libros? Parece que viene de una familia que lee mucho…

Sí, mi abuelo paterno era un hombre brillante. Él era entomólogo, estudiaba a los insectos, y mi padre era profesor. Mi padre daba clases de contabilidad, por lo que mayormente leía cosas que yo no sería capaz de entender sobre finanzas. No obstante, sí, vengo de un contexto intelectual.

–¿Cuál es su propia relación con los libros?

Me encantan los libros. Me encanta leer. No tengo mucho tiempo para sentarme a reflexionar y a contemplar, suelo estar un poco a la carrera, trabajando mucho y cuidando de mi familia. Probablemente tenga más tiempo para sentarme junto al fuego y leer un buen libro más adelante, pero no es tan fácil con mi trajín actual.

–¿Cómo abordó este personaje?

–Para mí es una persona muy conflictuada. Está tratando de existir en un sistema que no te da muchas opciones: puedes adherir o ser un rebelde y ver prácticamente destruida tu vida. Él ha sido criado como un bombero, es lo único que conoce, y, sin embargo, por su progreso en su carrera se ha visto expuesto a aquello mismo que le han enseñado a destruir. Está tan fascinado por ello como cualquiera, pero debe mantenerlo en secreto; eso me resultó muy intrigante. Está lidiando con la soledad -es una persona muy solitaria- y, sin embargo, siente que ha encontrado a su alma gemela en Montag (Michael B. Jordan), alguien a quien podría potencialmente revelar su verdadero yo, que es algo que no haría con nadie más. Pero incluso ese proceso está plagado de ansiedad y de duda. Creo que mucha gente se encuentra en situaciones como esa en menor medida.

¿Cuáles fueron los temas de Fahrenheit 451 que más Le hicieron reflexionar?

–Para mí la pregunta fundamental es ¿cuál es el valor esencial del conocimiento? ¿Estamos mejor con o sin conocimiento? Fue difícil adoptar el punto de vista de Beatty, porque creo que la mayoría de las personas se inclinaría a discrepar con él. Pero como estaba interpretándolo, me encontré aceptando su modo de pensar, porque creo que la gente se queja de las noticias falsas y de las verdades alternativas, pero la mayoría no sabe cómo manejar la verdad y qué hacer con el conocimiento genuino. Y hay mucha gente que se ve atormentada por este. Es decir, ¿cómo pueden traducirse en acción el conocimiento y la verdad? Si quieres tener toda la verdad y nada más que la verdad, entonces ¿qué vas a hacer con ella cuando la consigas? Porque creo que, si no estamos dispuestos a hacer algo al respecto, nos la quitarán.

¿Cómo se sintió al filmar las escenas de quemas de libros?

–Creo que esas escenas fueron más dolorosas para Ramin, porque él escogió los libros muy cuidadosamente y tomó los que más significado tienen para él. Para mí, no fue como si estuviéramos quemando la última copia existente de un libro determinado. Yo sabía que había otras copias y que todo estaría bien. Fueron días muy largos y calurosos -los días de las escenas de fuego- y todos transpirábamos mucho, así que mayormente intentábamos asegurarnos de no deshidratarnos. Hicieron un trabajo infernal con los lanzallamas… son impresionantes. Me preguntaba cómo lo harían y tuvimos un muy buen equipo de rodaje.

Hay un verdadero sentimiento de hermandad entre los bomberos. Pareciera ser algo que valoras en la vida, ¿es así?

Yo creo que la clave de la vida para mí son mis relaciones con la gente. Creo que la mayoría de las personas que me conocen dirían que soy muy leal; si tengo una relación con alguien eso prevalecerá por sobre todo lo demás.

Si tuviera que rescatar cinco libros del fuego, ¿cuáles serían?

Nueve cuentos de J. D. Salinger; probablemente sea mi libro favorito. La senda del perdedor de Charles Bukowski, otro de mis libros favoritos. Once tipos de soledad de Richard Yates. Y me encanta Memorias del subsuelo, de Dostoievsky.Y Chejov… toda su obra.

¿A qué época se remonta el origen de este proyecto? ¿Cuando rodaron 99 homescon Ramin él ya estaba pensando en Fahrenheit 451?

–No lo mencionó durante el rodaje de 99 homes -estaba bastante ocupado con eso-. Es decir, trabajó en el guión durante un largo tiempo y lo que sucedió fue que Len Amato (presidente de HBO Films) vio 99 homes y se acercó a Ramin para preguntarle qué quería hacer. Ramin dijo ‘quiero adaptar Fahrenheit 451’, así que trató de obtener los derechos y fue más o menos en esa época que Ramin me lo propuso.

¿Y cuál fue su reacción?

–Sonaba como una oportunidad extraordinaria, y aunque yo quería esperar a ver si conseguían los derechos y ver cómo era el guión, sabía que quería trabajar nuevamente con Ramin. Me encantó hacer 99 homescon él y él es simplemente alguien por quien haría lo que me pida.

¿Hablaron acerca de su enfoque para adaptar el libro?

–Sabíamos que tendríamos que incorporar la tecnología porque si quemas libros hoy por hoy solo estás quemando un libro, no implica realmente que estés destruyendo la cultura porque la cultura está en la nube, en el aire. Tienes que tener una estrategia de mayor alcance que solo quemar libros, así es que eso debió incorporarse. Me gustan mucho los cambios que hizo en términos de acentuar y realzar la relación entre Montag y Beatty. Para Ramin ese fue uno de los principales motores de la historia, al menos de la versión que él iba a contar. En última instancia, como actor, es también ahí donde realmente se puede llegar a hacer el trabajo de construir, conformar y crear la relación.

Comenzó su carrera en el teatro y todavía regresa al escenario con frecuencia, ¿diría que su carrera cinematográfica te tomó un poco por sorpresa?

–Nunca tuve la intención de ser una estrella de cine, ese no era mi objetivo.

¿Qué disfruta de actuar?

Ha cambiado mucho a lo largo de los años. Me siento casi como si fuera otra persona que la que empezó. Tuve una experiencia recientemente cuando estaba rodando en Londres. Estaba alojado en un hotel en Notting Hill que estaba ubicado a la vuelta del Gate Theatre, donde me presenté en dos obras hace mucho tiempo. En la época en la que estaba actuando en esas obras jamás habría imaginado que tantos años más tarde me alojaría en algún lujoso hotelito a la vuelta de la esquina para rodar una miniserie (La chica del tambor) para la BBC. Es tan surrealista. Iba caminando y me paraba delante del teatro a mirar y me decía a mí mismo: “Yo estuve allí. Me presenté en dos obras allí. Lo sé”. Es curioso cómo funciona el tiempo. Creo que, a fin de cuentas, la actuación me ha enseñado cosas que yo no habría visto de otra manera. He visitado lugares a los que no habría ido, he conocido a mucha gente fascinante que no habría conocido, he contado historias sobre cosas que yo nunca podría haber siquiera pensado o contemplado, así es que pienso que si ustedes sienten curiosidad respecto del mundo y de las personas que lo habitan es una forma estupenda de examinar a las personas y al mundo. Quiero decir, cada relato que he transmitido lo he hecho en cierto modo. Cuando pienso en la interpretación de Elvis (Presley en Elvis & Nixon) no sabía nada acerca de él. Yo no era un gran fan de Elvis y luego lo interpreté. Y a pesar de cómo se vea el resultado final, sé que en ese proceso me familiaricé con alguien sobre quien no sabía nada, y a través de ese proceso medio me enamoré de la persona. Lo mismo me sorprende cuando pienso en que interpreté a alguien como (el sicario) Richard Kuklinski en El hombre de hielo. Sólo soy una persona curiosa y la curiosidad suele ser facilitada por lo que hago, supongo.

–Suena como un gran trabajo…

Sí, y uno espera poder transmitir al público lo que aprenda, ser una especie de conducto en este sentido.

Entrevista cedida por HBO


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