Rafael Barazarte escogió un autor clásico de la dramaturgia nacional y expuso el lenguaje poético de una familia disfuncional que reaviva las penurias del venezolano. El texto de Los ángeles terribles, escrito en 1967 por Román Chalbaud, sirve como base para la sexta propuesta del Festival de Jóvenes Directores Trasnocho, un drama que desde la miseria citadina habla de la grandeza de la humanidad.

“Román Chalbaud no siempre fue chavista”, se apura a decir el joven director cuando se le pregunta sobre la escogencia de la obra. “La idea es que se mire bien lo que se escribía antes. Esta pieza tiene muchas capas y vertientes, pero yo escogí apuntar a la dinámica familiar porque de todas las aristas que tiene el texto me pareció la de mayor relevancia. Aparte, hay una crítica social muy dura que subyace en cada parlamento”.

“Vacaciones”, “Confesiones y recuerdos”, “Secretos”, “Juegos” y “El bautizo” son las cinco escenas que componen este drama de relaciones turbulentas. Los experimentados Luigi Sciamanna y María Alejandra Tellis, junto con los noveles Jósbel Lobo y Raoul Gutiérrez, son los encargados de dar vida a Zacarías, Sagrario, Ángel y Gabriel, respectivamente, personajes que conversan en un lenguaje poco convencional que está sujeto a referentes como el crimen, la violencia y la sexualidad.

Sciamanna interpreta a la cabeza del clan, un maestro que ha cometido incontables fechorías y que decanta la furia contra el mundo en el cuidadoso tejido de muñecas. “Luigi es un monstruo en escena. Durante varios meses de trabajo, cada ensayo era una clase. Siento que es destacable su gran humildad; el respeto que le tengo, en vez de alejarme, me acercó aún más y me permitió utilizar su gran talento”, dice Barazarte, quien de las didascalias del texto de Chalbaud solo siguió la presencia de muñecas en escena, el resto de la escenografía es una invención del joven director.

Barazarte juntó ideas con el escenógrafo Óscar Salomón. De las deliberaciones nació un diseño basado en las Nubes acústicas que cuelgan sobre el Aula Magna de la UCV. Sobre los cuatro ángeles protagonistas se mantiene suspendido, durante la hora y media de espectáculo, un entramado tubular que sitúa la escena en el corazón de una ciudad que rechaza a los personajes.

“Esta es una familia que lo que siempre recibe es porquería e insultos. Ellos viven en el subsuelo y por eso se relacionan de forma diferente al común de la gente”, indica Barazarte, quien hiló la prosa de Chalbaud con un juego de miradas y roces entre los actores que brinda la oportunidad de asimilar un nuevo lenguaje alejado de lo literal.

“El público tiene que resolver cómo termina. No se hace un teatro fácil dando todas las respuestas, hay que poner a la audiencia a pensar”, afirma el director de 24 años, estudiante de Comunicación Social, quien comenzó su carrera en las tablas con la Fundación Rajatabla y que participó en la edición anterior del festival con el montaje de Comegato, del autor venezolano Gustavo Ott.

Los ángeles terribles se presenta hasta el fin de semana en la Sala Plural del Trasnocho Cultural. Las funciones son el viernes a las 7:30 pm; sábado y domingo a las 7:00 pm.


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