El apartamento es precario. Sin embargo, para la joven pareja es el comienzo de una etapa, incipiente y no sin dudas, como ocurre con cualquier cambio.

Manhattan, Barrio Chino. Ha pasado poco tiempo desde los atentados a las Torres Gemelas en 2001. Occidente retumbó con un ataque en uno de sus lugares más icónicos y el recuerdo está ahí, presente, susurrante. Cualquier ruido es molesto y perturbador, pues parece rememorar la tragedia.

En ese contexto, Brigid Blake y Richard emprenden su vida en pareja. Al naciente hogar llegan sus padres, la hermana y la abuela en Día de Acción de Gracias; paradójicamente, ese es el contexto para una historia de revelaciones.

En Humanos, la obra de teatro que se presenta en La Caja de Fósforos, todo luce cordial al principio. Los padres orgullosos de este rumbo, pero al poco tiempo empiezan a verse las costuras. No hay maldad en ellos, solo frustraciones que contienen un grito de auxilio.

Las finanzas no son estables. La aparente armonía empieza a desdibujarse cuando salen a relucir los dramas de cada uno. Incluso, la entusiasta pareja ve en esta etapa un cambio que puede afectar su enamoramiento.

Los padres encuentran cualquier detalle para criticar el apartamento. Las ventanas con rejas, los ruidos del vecino, el cuarto de lavado tan próximo, el camión del aseo que pareciera que entra a la sala, todo merece un juicio de valor. Los jóvenes tratan de tener paciencia, pero ella, especialmente ella, no puede contenerse. Los otros responden.

Los padres, además, buscan defender una moralidad que pareciera no acompañarlos del todo a ellos. La mamá, por ejemplo, insiste en que deben casarse para poder vivir juntos. Nada de concubinato. Eso no. Mientras, el padre alude a una religión que a las hijas nada convence, y pregona sobre la unión familiar por encima de todo.

En la pieza, original de Stephen Karam, cualquier espectador encuentra un espejo en los diálogos. Sobre las tablas, entonces, está el hogar de tantos. Las vicisitudes de cada uno.

El autor incluso es jocoso en varias líneas, pero detrás de cada risa hay tanta empatía entre lo que se ve y lo que cada quien recuerda de su propia experiencia. Karam supo muy bien cómo pasar de estados de tranquilidad, como la sonrisa posterior al brindis, a la hostilidad inmediata por algún reproche emitido con presunta amabilidad.

Si bien Humanos puede ser calificada de moralista, especialmente por cómo se da el desenlace, la trama no concluye en sus juicios, sino más bien deja entreabierta tantas posibilidades, entre el perdón y la resignación.

La obra, que se presentará hasta el 26 de agosto, forma parte de la tercera edición del Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense. Ganó cuatro premios Tony y fue finalista de los Pulitzer en 2016.

La dirección de este montaje está a cargo de Ricardo Nortier y el elenco está integrado por Marialejandra Martín, Antonieta Colón, Daniel Jiménez, Laura Gardié, Teo Gutiérrez y Victoria Farías.

FICHA

Humanos

La Caja de Fósforos. Concha Acústica de Bello Monte.

Viernes 7:00 pm. Sábados y domingos 6:00 pm.


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