Simone de Beauvoir fue una mujer adelantada a su época, sin embargo ha sido poco retratada en sus momentos de vulnerabilidad frente a la sociedad. Una pieza de teatro escrita por una dramaturga y guionista de cine, dirigida por un incansable teatrero y bailarín, y actuada por una amante de las tablas y mujer de medios contiene las claves necesarias para acercarse al lado más sensible de la intelectual francesa. Manual para mujeres infames narra la historia de una mujer noble, que se debate entre la conciencia y la pasión.

Sobre un escenario plagado de objetos, la actriz le da la bienvenida al público. Carla Müller da inicio al montaje situando al espectador ante una gran figura de las letras. Para ello la intérprete se transforma en la heroína del feminismo y bajo esa cierta lucidez que otorga el alcohol, narra una historia de amor donde hasta los celos y los sentimientos son racionalizados.

“Una no nace mujer, sino que se decide mujer. Un día todas ustedes se convertirán en mujeres infames”, dice el personaje de la filósofa en escena mientras ahoga sus penas en un bar de los años cincuenta. Acaba de recibir una carta importante, cuya respuesta marcará su vida. Debe decidir entre la razón y el corazón, entre seguir fiel a sus principios o abandonarlo todo por amor.

“Es un momento de vulnerabilidad”, indica Müller, quien actúa el monólogo escrito por la dramaturga y guionista Karin Valecillos. “Yo quería tratar el tema del empoderamiento y la realización de la mujer, pero no como un cliché feminista. Conversé con Karin y ella consiguió disponerlo a partir de un libro que contenía las cartas de amor que se intercambiaba Simone de Beauvoir con Nelson Algren”, añade la actriz de Manual para mujeres infames.

Una dualidad amorosa entre el filósofo Jean Paul Sartre y el escritor Nelson Algren marca la trama de la pieza. Sin embargo, en el marco de la decisión que debe tomar la francesa comienzan a relucir sus enigmas internos. “Esa mujer era una dínamo para quien la palabra y el pensamiento iban por encima de su cuerpo y corazón. Este personaje se ha convertido en una obsesión porque la relación entre las palabras y los sentimientos es insuperable”, indica Müller.

Esa conexión entre lo que se siente y lo que se dice se plasma en escena. El director del montaje, Luis Vicente González, también es actor y bailarín de la agrupación Teresa Danza Contemporánea, por lo que la rigurosidad que imprimió en cada uno de los movimientos de la actriz fue fundamental para la narración. “Ella se ve en un momento de duda. Eso me llevó a elaborar un concepto en el que un personaje se descompone para escoger”, expresa el director, cuya puesta en escena se completa con el videoarte de Florencia Alvarado y el diseño de escenografía de Alfredo Correia. Sobre el escenario, cientos de cuadros con figuras indefinidas y en el centro una conciencia que debate sobre sí misma y que estuvo a la vanguardia del pensamiento más radical de su época.


Manual para mujeres infames

Trasnocho Cultural

Viernes, 5:00 pm

Sábado y domingo, 4:00 pm

Entrada: 10.900 bolívares


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