Los jóvenes ya habían sido torturados en una base militar cuando soldados los apilaron en dos camionetas y los transportaron a una zona boscosa en las afueras de Caracas.

Con camisas cubriéndoles las caras, manos esposadas y tropezándose en la oscuridad fueron dirigidos a una fosa. Los soldados usaron machetes para golpearles la base de los cuellos, matando a varios debido a las heridas. Otros fueron enterrados vivos mientras aún sangraban, narró The Wall Street Journal.

«Creemos que se mantuvieron vivos un buen tiempo antes de morir por asfixia», dijo Zair Mundaray, un fiscal que lideró la exhumación e investigación que estableció cómo los asesinatos se llevaron a cabo.

Fiscales, criminólogos y grupos de derechos humanos dicen que la mencionada masacre, ocurrida en octubre de 2016, fue una de las muchas llevadas a cabo por fuerzas de seguridad.

El rango completo de las alegadas atrocidades está comenzando a salir a la luz pública. Luisa Ortega Díaz, ex fiscal general de la República, está revelando datos sobre los asesinatos, así como grupos independientes defensores de derechos humanos y periodistas.

La oficina de Ortega Díaz ha registrado los asesinatos de 8.292 personas por la Policía Nacional Bolivariana, la Guardia Nacional Bolivariana, el Ejército y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional desde el 2015 hasta los primeros seis meses del presente año.

«Es una política sistemática contra un sector social», dijo Ortega Díaz. Informó que las fuerzas de seguridad entran a los barrios pobres fuertemente armados y en grandes números.

Para leer el reportaje completo del Wall Street Journal en inglés haga click aquí.

(Traducción de El Nacional Web)


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