El cadáver de Carlos Eduardo Hernández Pedroza, de 36 años de edad, fue uno de los 22 ingresados a la morgue de Bello Monte entre viernes y sábado. La víctima recibió tres tiros cuando salía de una panadería que está ubicada frente a la plaza Capuchinos, parroquia San Juan. Quedó en la línea de fuego de unos hombres que se batían a balazos.

El suceso ocurrió el miércoles a las 6:00 pm. Mientras Hernández Pedroza hacía la compra, su novia lo esperaba en la plaza y fue ella quien notificó a la familia lo que había ocurrido.

El herido fue llevado al Hospital Miguel Pérez Carreño y murió el jueves a las 8:00 am. La muerte se produjo por shock hipovolémico y hemorragia interna luego de ser intervenido quirúrgicamente. Recibió dos disparos en la pierna derecha y otro en la ingle.

Era el segundo de tres hermanos y padre de una niña de 10 años de edad. Ámbar Hernández indicó que su hermano trabajaba de noche como vigilante de una escuela del Ministerio de Educación y en el día vendía café.

Hernández Pedroza había viajado a Colombia para acompañar a su hija y su ex pareja. Ellas se quedaron. La madre de la niña es colombiana.

A Octavio Velásquez, de 22 años de edad, a quien le habían ofrecido un trabajo en Pdvsa para comenzar el lunes, en las bombas de gas, lo mataron de cuchilladas en el cuello, en el barrio Luisa Cáceres de Arismendi, municipio Plaza de Miranda, donde vivía con su novia que tiene siente meses de embarazo. A la víctima, que era el mayor de dos hermanos, le robaron el teléfono.

“Él salió a comprar unos huevos para hacerme una torta y consiguió la muerte”, dijo su mamá, Carmen Roa. Quería agasajar a la madre porque le había conseguido una vivienda en alquiler. Se quería mudar porque esa zona es muy insegura. Había prestado servicio militar pero hace un año se retiró del Ejército.


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