Salió a jugar pelota en la calle, pero se devolvió a buscar una botella de agua en su casa. Durante el trayecto, la niña de ocho años de edad fue atraída por una galleta que le ofreció Freddy Zambrano, el único herrero y soldador de la calle Páez de San Agustín del Norte. No era la primera vez que la menor accedía a los regalos del vecino, de quien se dice la vio nacer “y hasta le dio tetero en su casa”.

Cristina Montilla confiaba que su hija jugaba con las amiguitas. El miércoles a las 8:00 pm una vecina vio que Zambrano llamó a la niña y con la otra mano sostenía una galleta, ella entró y las puertas se cerraron. Como la menor no salió de la casa del herrero, esta mujer decidió avisarle a la madre.

La vecina –de quien se resguardó la identidad– tocó las puertas de la residencia 133 donde vive Montilla y le contó lo que había visto. Acto seguido se dirigió a la casa de Zambrano y reclamó la presencia de su hija, a quien notó nerviosa.

En su residencia, Montilla regañó a la niña: “Te dije que no te alejaras de casa; no puedes salir sin permiso, ni meterte en casas ajenas sin mi autorización”, le dijo. La menor lloraba y temblaba mientras era consolada por otra amiguita de la misma edad, que la tomó de la mano y le dijo: “Tenemos que contarle toda la verdad a tu mamá”, frases que fueron captadas por Montilla y Solimar Vega, madre de la otra niñita.

La Verdad. “A las niñas las metimos en una de las habitaciones. Ambas se veían la cara y una de ellas comenzó a contar todo. No era la primera vez que Freddy, el herrero, las convidaba a entrar a su casa y allí cometía actos lascivos contra ellas. Dijeron que este hombre les tocaba sus partes y les hacía otras cosas”, relató Vega en las afueras del servicio de medicina forense en Bello Monte, a la espera del médico que examinaría a las niñas.

La mala noticia se corrió por el vecindario. Montilla, junto con otros vecinos, fueron a la casa de Zambrano y una turba de gente se abalanzó contra él. “Si no llega la policía a ese hombre lo matan por sádico”, relató Vega.

La acción vecinal contra el hombre de 54 años de edad llamó la atención de los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana. Zambrano se defendió con los brazos, por lo que tenía heridas causadas por arma blanca. La gente del barrio comentó que ese hombre no se metía con nadie y era amable con la comunidad. Permanece detenido en la PNB del sector.


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