Cada cinco minutos, un motorizado con chaleco amarillo (similar a los usados por la Policía Nacional) recorre parte de las calles Mosen Sol, Terepaima y Pariata de El Marqués. Algunos vecinos creen que se trata de un antisocial. Se muestran recelosos hasta que los dueños de los comercios aclaran que se trata de un nuevo servicio de patrullaje. No son policías, sino vigilantes privados en constante movimiento.Uno de ellos es sargento jubilado de la Policía Militar, una unidad del Ejército destinada a la custodia de las instalaciones de la FANB y a la aprehensión de soldados desertores.?Aprendí a hacer esto cuando Chávez nos sacó a las calles, durante el Dibise?, recordó mientras se tomaba unos minutos para descansar.El proyecto comenzó a aplicarse por iniciativa de Luis Márquez, un vecino del sector obstinado por la acción de los rateros que pululan desde la avenida Sanz hasta Campo Rico.?Nosotros tenemos a las policías y a la Guardia Nacional, pero en realidad no contamos con ellos?, sentenció.En junio, Márquez logró un acuerdo para contratar el servicio a una empresa. Los patrulleros privados no están armados. Sólo llevan un radio y un teléfono para comunicar las novedades en tiempo real.?Queríamos ahuyentar a los rateros 100%, sabemos que eso es muy difícil. Pero ya hemos frustrado dos robos y los delincuentes ya no se ven tanto?, explicó.En este caso, el servicio solo se presta hasta el anochecer, cuando cierran los comercios. Hace 4 meses, el financiamiento recaía sobre los dueños de 7 viviendas. Ahora participan 17, además de los locales, la iglesia y un colegio.?Queremos recuperar las calles?, afirmó Márquez. Ex policías y serenos La Ley del Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional expresa el rechazo del Estado hacia la privatización de la seguridad ciudadana. Sin embargo, el creciente déficit policial ha obligado a grupos de ciudadanos a organizarse para lograr su protección. En el municipio Sucre, el número de agentes apenas llega a 18% de lo exigido por los estándares de ?encuadramiento policial? trazados por el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz.Según Roberto Rodríguez, presidente de la fundación Aulas Abiertas, que asesora a organizaciones vecinales en materia de seguridad, algunas experiencias similares a la de El Marqués se han visto en la urbanización El Encantado de El Hatillo; en Los Manolos de La Florida; y en Valle de la Pascua. Todas, indicó, cuentan con el concurso de efectivos policiales o militares que intentan mejorar sus salarios durante sus tiempos libres.?Eso sirve como un disuasivo. En una urbanización con cinco calles, que tengas a ocho personas dando vueltas por allí en forma permanente hace que el delincuente vaya para otro lado?, explicó.Pero esta alternativa de patrullaje privado plantea ciertas complicaciones. Rodríguez se preguntó si será legal que un agente utilice su arma de reglamento para ofrecer un servicio privado. Recordó además que las leyes asignan este tipo de actividades a las policías uniformadas.?El vecino está descargando en particulares la ejecución de esta función. Pero ¿qué pasa por ejemplo cuando se logra una aprehensión? Estamos en un punto en que las personas están desesperadas?, afirmó.En octubre, los patrulleros privados de El Marqués detuvieron a un sujeto luego de que asaltó a una mujer para robarle el teléfono celular en la avenida Sanz. De inmediato se comunicaron con los policías asignados para ese cuadrante, quienes formalizaron la aprehensión. El hombre fue llevado a la sede de Polimiranda. Pero quedó en libertad, pues la víctima no ratificó su denuncia. Expansión En el caso de El Marqués se intentará extender los horarios de servicio, instalar una red de cámaras conectada a un centro de control, acompañadas por botones de pánico.?La idea es que al escuchar la alarma hagamos una especie de cierre de la urbanización, si es que ocurre un percance?, afirmó Márquez.Andrés Mirabal, residente de la zona, sostuvo que desde la activación del patrullaje privado han disminuido los asaltos en las calles. Pero reconoció que aún no se logra el apoyo de todos los vecinos para este plan. De hecho, en la esquina de la calle Pariata todavía está una pancarta donde se expresa el rechazo hacia los cierres de las vías, con alcabalas.Según el presidente de la fundación Aulas Abiertas, esta iniciativa además implica una doble tributación para el ciudadano, pues estos servicios también deben cancelar impuesto al valor agregado.Rodríguez recordó que en Chacao la vigilancia la hacían los propios vecinos, a quienes se les había impartido breves cursos de entrenamiento. De esta forma, la policía tenía ojos y oídos prácticamente en todo el municipio.?En El Hatillo también se hizo algo por el estilo. Pero extrapolar esta experiencia a toda Caracas es muy difícil?, advirtió. La cifra5.300 bolívares mensuales cancelan los comercios de El Marqués que apoyan el patrullaje privado. Los dueños de las casas, 3.400 bolívares. Este precio se actualizará en las próximas semanas debido a la inflación.


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