El cadáver de Omar Ruiz Arraiz, de 50 años de edad, que trabajaba como vigilante en un concesionario ubicado en la avenida Valencia Parpacén, antes avenida Los Mangos de la Alta Florida, fue localizado el martes en la mañana por trabajadores de ese establecimiento. Presumen que lo ultimaron entre el lunes en la noche y el martes en la madrugada.

Trabajadores de la empresa lo hallaron en el baño, atado y con una sábana y con una cuchillada en el pecho. La última vez que la esposa conversó con él fue el lunes a las 10:00 pm. Residía en Altos de Suapire en el estado Miranda. Era padre de 3 hijos. Tenía más de 10 años laborando como vigilante y en el concesionario tenía 2 años.

Daniel Ruiz, hijo de la víctima, acudió a la morgue a realizar los trámites para retirar el cadáver. Indicó que inicialmente se supo que los homicidas se llevaron dos computadoras del concesionario, y que a la víctima le robaron el celular y la cartera con todos sus documentos. En una semana Ruiz Arraiz saldría de vacaciones e iría a Colombia, con el fin de determinar si podía emigrar a ese país.

Daniel Ruiz dijo que ningún miembros de la familia pudo comunicarse con su padre el martes en la mañana. Al consultarle su opinión sobre lo ocurrido, indicó: “Ahorita las autoridades no hacen nada. Todo lo dejo en manos de Dios”.

Una comisión del Eje Central de la División contra Homicidios del Cicpc fue al sitio del suceso a levantar el cadáver, hacer una inspección y se encargó de las pesquisas.

En Guarenas. El martes a las 9:00 am cuando Onay Vidal Lurua Herrera, de 32 años de edad, laboraba con otros obreros en la remodelación de la cancha deportiva del liceo Rubén González, en el sector Los Naranjos en Guarenas, tarea que está a cargo de Corpomiranda, llegaron varios hombres que se dirigieron a él y uno le dio un tiro en la cabeza que le causó la muerte en forma instantánea. No lo robaron. Lurua Herrera era el mayor de dos hermanos. Estaba domiciliado con su padre en el barrio Zulia en Guarenas. Siempre trabajó como obrero.

Al tenerse conocimiento del hecho, una comisión de la División contra Homicidios de la policía judicial se trasladó al sitio para iniciar las averiguaciones, buscar evidencias y trasladar el cadáver a la morgue de Bello Monte.

Entre las primeras investigaciones los funcionarios policiales citaron a los compañeros de trabajo de la víctima, con el fin de conocer detalles si los homicidas llegaron a pie o en algún vehículo. Igualmente se interesaron en conocer si alguno de los individuos que llegó a la cancha deportiva era conocido de alguno de los testigos.


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