“Venezuela no es el país de la felicidad, porque a diario debemos acudir a la morgue a retirar los cuerpos de nuestros seres queridos, a causa de la inseguridad”, señaló ayer Verna de Vargas, cuñada de Yovany Vargas Ruiz, quien resultó asesinado de un tiro en la cabeza, luego de resistirse al robo de su moto Md Condor 2014, de color blanco.

El suceso se registró el sábado a las 9:00 pm, cerca de la estación del metro La Paz. Vargas Ruiz esperaba a su esposa cuando fue interceptado por tres motorizados que lo sometieron para despojarlo de su vehículo. “Hubo un forcejeo y Yovany cayó al suelo. Se lastimó la pierna y los malandros aprovecharon la oportunidad para dispararle justo detrás de la cabeza. Se llevaron la moto y sus pertenencias”, comentó Verna de Vargas.

Fue la esposa de Yovany Vargas quien lo trasladó al hospital Miguel Pérez Carreño, donde el hombre de 43 años de edad murió en la madrugada de ayer.

Vargas se desempeñaba como activista en la Federación Nacional de Derechos Humanos y también como jefe de operaciones de una empresa de seguridad, situada en el centro comercial ProPatria. Era el tercero de 4 hermanos y dejó un hijo de 20 años de edad que reside en Colombia.

Otro caso. A Ricardo Saúl Rebolledo Albaracín lo mataron de un balazo en la cabeza en el barrio San Juan Pascual, sector Mesuca, parroquia Petare, estado Miranda. Era el tercero de cuatro hermanos.

A la espera de la entrega del cadáver, en la sede de la medicatura forense ubicada en Bello Monte, el padre de la víctima, que pidió reserva de su identidad, contó que el joven de 29 años de edad fue atacado en la madrugada del viernes por varios delincuentes del sector que le robaron su cartera, un reloj y dinero en efectivo.

Rebolledo Albaracín trabajaba de forma eventual como carpintero, electricista, plomero “o matando tigritos que le salieran por allí, porque era un muchacho al que le gustaba trabajar. Hoy día, los delincuentes no valoran la vida de nadie”, dijo el padre.


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