En año y medio la Diócesis de San Felipe, estado Yaracuy, ha sido asaltada 12 veces. La sede también es la residencia episcopal de monseñor Víctor Hugo Basabe. El último robo ocurrió el pasado sábado en la mañana. 

Ese día los ladrones arrancaron el protector de una ventana, quitaron los vidrios y se llevaron la licuadora, además de toda la comida que había en la nevera, informó el padre Ángel Orellana, delegado oficial de la Diócesis de San Felipe.

Debido a los continuos robos y hurtos, el penúltimo ocurrido hace mes y medio, varias personas que están comprometidas como monaguillos, gente de la parroquia y miembros de la iglesia se ofrecieron a hacer guardia en la casa episcopal, dijo el sacerdote.

Orellana agregó que Basabe ha presentado en varias ocasiones la denuncia de estos delitos en la policía del estado Yaracuy, pero sin el resultado esperado. 

Afirmó que los funcionarios están dispuestos a hacer recorridos alrededor de la casa episcopal, pero que eso no ha impedido en ninguna forma que se cometan los robos.

También aseguró que monseñor se encuentra desanimado por la situación de inseguridad que tanto le ha afectado y no sabe si querrá poner otra denuncia.

En robos anteriores los delincuentes se llevaron la computadora personal del prelado, en la que guardaba información importante; la cámara fotográfica y varios regalos episcopales como báculos, mitras, el anillo episcopal y libros, entre otros bienes de Basabe.

“Es una situación lamentable y bastante penosa. La inseguridad está desbordada”, expresó Orellana. El religioso presume que los malhechores vigilan al monseñor y conocen muy bien su rutina: saben cuándo sale y calculan cuándo podría regresar.


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