“Presentí que a mi hija le pasaría algo, lo supe el domingo en la noche cuando me llamó”, dijo entre llantos la madre de Melissa Sidney Arcila Ruiz, una manicurista de 38 años de edad, a quien su ex pareja asesinó con una tijera con la que le ocasionó 12 heridas en varias partes del cuerpo.

El hecho sucedió el lunes a las 6:30 am, en la entrada del apartamento 12-02 del edificio UNEP, situado en Los Jardines de El Valle, cerca del materno-infantil de la localidad. Allí vivía Arcila con sus dos hijos. Hace un año se separó  de su pareja, José Gregorio Pérez, un practicante de la religión yoruba, oficio con el obtenía ingresos para su sustento y que ejercía en una residencia en Los Teques.

El lunes la mujer salió de la residencia con sus hijos de 7 y 12 años de edad, con el propósito de esperar el transporte que los llevaría al colegio, en Santa Mónica, pero cuando intentó llegar a su apartamento, fue sorprendida en el pasillo por Pérez, quien la amordazó y la atacó hasta ocasionarle la muerte.

De acuerdo con testigos, el hombre estuvo escondido en las escaleras. Arcila forcejeó con su atacante tras un intento de abrir la puerta de su hogar. “En su mano quedó la llave partida”, agregó su madre este martes, en la sede de la medicatura forense de Bello Monte.

Luego de herirla, Pérez gritó: “La maté”, y huyó del lugar. Vecinos acudieron al lugar del crimen y pese a que la mujer ya no tenía signos vitales, la trasladaron al Hospital Clínico Universitario.

Pérez se refugió en el edificio Savoy, ubicado en la entrada del callejón La Matanza, también en El valle. Allí confesó el crimen a varios parientes. Subió al piso 14 y se lanzó al vacío.

Años de tortura y daños psicológicos

Denuncias contra Pérez reposan en la recepción de las oficinas de atención a la víctima, en el centro de la ciudad capital. En 2 ocasiones le fracturó la nariz a la madre de sus hijos, fue detenido en los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de la avenida Urdaneta, pero liberado 48 horas después.

“Cuando solicitábamos la orden de prohibición de acercamiento, en los organismos nos decían que trajéramos un pendrive o lleváramos hojas para imprimirla. Esas órdenes nunca fueron atendidas, y miren lo que pasó con mi hija. Yo les pido: cuiden a las mujeres para que no les pase nada ni queden sus hijos huérfanos”, agregó la madre de Arcila.

Hace seis años, Pérez fue detenido por ser el autor intelectual del homicidio de su hermano, a quien, según parientes, lo mató porque le tenía envidia.

Arcila trabajaba en una peluquería en Bellas Artes; tenía previsto migrar, pero no tenía el permiso de su ex pareja para sacar a los niños fuera del país.

A la fecha, suman 43 las mujeres asesinadas en la Gran Caracas.

También el lunes, en la urbanización El Atlántico, en Cúa, estado Miranda, un aspirante a policía asesinó a su pareja de un tiro en la cabeza por celos, suceso ocurrido en la torre I, piso 3, apartamento 3-A.

La víctima se llamaba Luyana Pilmar Corredor Osorio, de 32 años de edad, quien tenía 4 meses de gestación. El asesino fue Anderson Gustavo Pérez Lizcano, de 19 años de edad, estudiante en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, aspirante a Polimiranda.


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