Al menos ocho privados de libertad que se encontraban recluidos en centros de detención preventiva del país han fallecido por desnutrición en el transcurso de este año, según un informe elaborado por Una Ventana a la Libertad que dirige Carlos Nieto Palma.

El caso más reciente fue el de Adolfo Iván Martínez Canino, de 25 años de edad, que estaba preso desde el 13 de septiembre de 2016, en calabozos de la Policía Municipal de Guaicaipuro, en Los Teques, estado Miranda, y murió el miércoles 20 por desgaste multiorgánico y desnutrición proteico calórica.

La escasez generalizada de alimentos que padece el país y los altos costos de los productos dificultan que parientes y amigos de detenidos puedan llevarles las tres comidas diarias. Los cuerpos policiales carecen de recursos para asegurar la alimentación que, en cambio, se les destina a los centros penitenciarios.

La reclusión de los presos en ciudades alejadas de sus lugares de origen es otro obstáculo para que familiares puedan acudir diariamente a llevarles alimentos.

En algunos centros los parientes deben pagarles a funcionarios policiales para que permitan el ingreso de alimentos a los detenidos, de acuerdo con lo indicado por el informe de la ONG.

Una Ventana a la Libertad ha recibido denuncias relacionadas con presuntas extorsiones de los detenidos para tener acceso a los alimentos.

Los centros de detención preventiva tampoco cuentan con cocinas ni comedores, por cuanto estos sitios no fueron concebidos para albergar reclusos por largos períodos, como lo dispuso el Ministerio del Servicio Penitenciario cuando estuvo a cargo de Iris Valera. Los centros de detención preventiva están diseñados para mantener a las personas por un período máximo de 48 horas, hasta que sean presentados ante tribunales y sean liberados o les sea asignado su centro de reclusión definitivo. 

Debido al alto porcentaje de hacinamiento en esos sitios, están utilizando áreas comunes como pasillos, oficinas e incluso patrullas que son usadas como calabozos para poder acoger a la población detenida.

La ONG detectó además la existencia de arrestados que padecen enfermedades contagiosas como tuberculosis (en Miranda, Apure, Falcón, Mérida, Monagas, Nueva Esparta y Zulia) y escabiosis (en Falcón, Mérida, Nueva Esparta y Zulia). También la organización conoció de casos de aprehendidos que padecen de VIH (Apure, Nueva Esparta y Zulia) y no reciben el tratamiento requerido.

Una Ventana a la Libertad alerta sobre la grave situación que se vive en el interior de los centros de detención preventiva del país, debido a la falta de medicamentos para los detenidos y a las condiciones de hacinamiento en las que tienen que permanecer. Hace un llamado a las autoridades a que busque soluciones efectivas, en un marco de respeto a los derechos humanos de los privados de libertad.

El dato

Por conmemorarse mañana el Día de Nuestra Señora de Las Mercedes, patrona de los privados de libertad, familiares y expertos en asuntos penitenciarios piden suministros de alimentos y medicamentos para los detenidos, además de que cese el hacinamiento en estos centros de detención preventiva.


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