Para reconocer un cadáver en la morgue se debe dejar el dolor a un lado y afinar el sentido de la vista, indican trabajadores del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, ubicado en Bello Monte, la principal morgue de Caracas.

“Por un error, te puedes llevar un cuerpo equivocado”, tal como estuvo a punto de ocurrir en julio del año pasado, relataron los trabajadores del organismo.

En aquel momento, los medios de comunicación recabaron el testimonio de un padre que declaró a la prensa: “Reconocí a mi hijo por una cicatriz en la pierna derecha y una quemada en la mejilla que le quedó de un momento en que, siendo muy pequeño, tomó una taza de café caliente y se la volcó encima”, dijo Édgar Antonio Arriechi, padre de Leguin Omar Arriechi Ramírez, quien había desaparecido el 2 de junio del 2017, en El Cementerio.

Pero ese niño a quien reconoció en la morgue no era su hijo y ya a punto de darle sepultura lo llamaron de un refugio para avisarle que su pequeño estaba vivo. “Ese cuerpo, a punto de ser enterrado, no era el que buscaban”, refirió un funcionario de la morgue.

Para evitar estos errores, los médicos forenses indican que una cicatriz de vieja data, coloración de la dentadura o piezas faltantes, forma de los dedos de las manos y pies, tatuajes, señas particulares en el rostro, perforaciones en las orejas, color de piel y ojos, forma y color del cabello y otros detalles mínimos, son las cosas que determinan que, en efecto, el cuerpo que se está reconociendo es el familiar directo de quien hace el reclamo. “Si se confirma a través de las marcas visibles, se da por culminado el trámite y se procede a la entrega del cadáver”, señaló un patólogo del organismo.

A todo cuerpo que es ingresado en la medicatura forense de Bello Monte se le realiza un registro fotográfico y placas para determinar si tuvo fracturas por algún accidente o si posee aparatos metálicos en un hueso. “El fotógrafo forense recaba toda la información a través de un formato donde indica cada marca visible del cadáver. El segundo paso es el escaneo del cuerpo que además sirva para determinar la ubicación de un proyectil que debe ser extraído y resguardado en la sala de evidencias”, detalló.

Cuando el familiar directo del fallecido solicita reconocerlo, el primer paso es la revisión de las fotos digitales. A cada cadáver le corresponde un número según el día de ingreso y la causa de muerte. “Cuando el pariente confirma, se va al segundo paso: bajar a las cavas y allí el patólogo de turno le descubrirá el rostro y extremidades, para un reconocimiento más amplio”, afirmó.

Además indicó que, en todo momento, el procedimiento es grabado a través de las cámaras internas. “No todos están preparados, es posible que a la persona se le escapen detalles y surjan los errores”, refirió una psicóloga ex trabajadora del Senamecf, que pidió no ser identificada.

Los casos. Édgar Antonio Arriechi junto a su esposa Carolina Ramírez y otros parientes del niño desaparecido el 2 de junio, emprendieron su búsqueda por más de un mes, posteriormente a la denuncia realizada en la oficina de Personas Desaparecidas del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, con sede en la avenida Urdaneta.

Los padres del niño Arriechi Ramírez acudieron el 7 de julio de ese año a la morgue de Bello Monte. Le correspondió a Édgar Arriechi bajar a reconocer el cuerpo del niño y luego de verlo aseguró que se trataba de su hijo. Después se tramitó todo el papeleo para los servicios fúnebres, pero el cuerpo ya se encontraba en estado de descomposición y los funerarios le aconsejaron ir directo al sepelio, lo que se iba a hacer en el Cementerio General del Sur.

Otro hecho reciente fue el de Loira Coromoto Hernández Rodríguez, que el pasado 24 de febrero retiró el cadáver de María Ignacia Torrelles, a quien identificó como su madre y luego la cremó al día siguiente en el Cementerio del Este, en La Guairita.

“Surgió un segundo caso de confusión. Por ello es necesario tomar en cuenta las recomendaciones al momento de bajar a reconocer el cuerpo porque cada detalle cuenta”, aseveró la fuente.

“El retraso del protocolo para la entrega del cuerpo ocurre por desconocimiento de los parientes. Todos los requisitos se colocan en las puertas de la entrada a la Unidad de Atención al Ciudadano, del Senamencf de Bello Monte”, puntualizó el funcionario.


Para sacar a una persona de la morgue es preciso:

  •  Presentar las copias de cédula de identidad o de partida de nacimiento del fallecido.
  •  Si la muerte fue violenta, es necesario anexar la denuncia al Cicpc.
  • Para los servicios fúnebres y el sepelio hay que ir al cementerio o funeraria a tramitar un permiso de traslado, que debe ser firmado en la morgue.
  • Cuando las muertes ocurren durante un operativo policial o se trata de personas con antecedentes penales, se impone que un fiscal realice el reconocimiento del cadáver.

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