El director general de la Fundación Redes, Javier Tarazona, denunció ayer indicó en las afueras del Ministerio Público, en Caracas, que a la fecha suman 264 tachirenses desaparecidos y otras 300 personas reportadas en los estados Zulia, Apure, Bolívar y Amazonas, todas víctimas de los grupos irregulares colombianos EPL, FARC y ELN que operan en los estados fronterizos.

El también docente señaló que a través de la ONG que preside se levantó un estudio sobre indígenas secuestrados. “Desapareció un total de 400 indígenas yukpas que habitaban en las poblaciones del municipio Pedro María Ureña y Bolívar en el estado Táchira, según denuncias recabadas en los organismos de seguridad de esa entidad, sin que se aceleren las investigaciones pertinentes”.

Dijo que a través de Fundaredes se determinó que estos indígenas fueron víctimas de una organización de trata de personas para el tráfico de órganos, que centra su operación en zonas que limitan por el oeste con las ciudades Villa del Rosario y Juan Frío, próximas al área metropolitana de Cúcuta, situada al Norte de Santander en Colombia.

“El gobierno de Venezuela y de la entidad no lo han reconocido públicamente, pero existen datos y documentos emitidos por el gobierno de Colombia que dan fe de la ubicación de fosas comunes en las que hallaron restos de algunos indígenas. Los hechos se les atribuyen a grupos insurgentes, pero le compete al Estado venezolano responderles a las familias de esas víctimas. Si verdaderamente los cuerpos de seguridad hicieran investigaciones a lo largo y ancho de los estados fronterizos, se lograrían resultados. Pareciera que no hay interés en ello”, aseguró Tarazona.

Otros casos.  A comienzos de abril de 2018 fueron plagiadas cuatro personas por miembros de un presunto comando del ELN en la frontera entre los municipios Páez, del estado Apure en Venezuela, y Teorama, del Norte de Santander en Colombia.

Luego de una intensa operación, se logró la liberación de Arturo Baene, Yulbreider Pallares, Ronald Montejo y Leonardo Pallares que fueron entregados a una misión humanitaria integrada por casi una decena de habitantes del pueblo de Teorema, que se adentraron en una región selvática para recibirlos.

“Medios de todo el país reseñaron en mayo de este año la migración de 300 indígenas yukpas del estado Zulia hacia a Colombia, que huían del hambre y de las enfermedades en la Sierra de Perijá. Aquí hablamos de una migración forzada producto de un país en quiebra que no les ofreció la protección, esa de la que tanto habló el presidente fallecido Hugo Chávez, destinada a una población desasistida”, expresó Tarazona.


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