“No hay súplica ni lamento que valga cuando te tienen de rodillas, junto a tus hijos con una pistola en la cabeza”, dijo consternada Adriana Ollarves, viuda y madre de cinco hijos menores de edad, con quienes vivió momentos de terror antes de la muerte de su esposo a manos de funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana, un acto que consideró “vil venganza y ajusticiamiento de inocentes”.

En la espera de la entrega del cadáver de su pareja Luis Alberto Rodríguez Justiniano, Ollarves contó entre lágrimas que la comisión de la FAES expresó al llegar: “Nos mataron a dos de los nuestros, ahora vamos por ustedes”.

Un grupo de más de 20 funcionarios, entre hombres y mujeres,  irrumpió en varios hogares que forman la parte alta de Mamera, barrio La Acequia, sector 12 de Octubre. Más que un allanamiento, los residentes lo consideraron “un barrido” para buscar presuntos culpables.

Cinco hombres y seis mujeres, identificados como funcionarios del FAES, entraron en la casa de Ollarves el jueves en la mañana. A los menores de edad, cuatro de ellos adolescentes de 17 años, 15 años, 14 años, 12 años, y uno de 9 años, los obligaron a agacharse en el suelo y a entregar las cédulas a los policías. “Son unos muchachos, déjenlos tranquilos –eso les decía– mientras uno de ellos comenzó a dictarles los números de cédula por radio a otro funcionario. Escuché cuando decían: negativo, ninguno de ellos”.

La zozobra no terminó allí. Los agentes dirigieron su atención al patriarca de la casa, que golpearon en la cabeza en reiteradas ocasiones. “Suplicó que se lo llevaran preso, pero que no lo mataran. Un policía le dijo, en la jerga hamponil: ‘Sabes que vas para esa’. Lo haló por la franela y lo encerró esposado en una de las habitaciones. Después lo sacaron por detrás de la casa y fue en ese momento cuando escuchamos los disparos”.

El procedimiento policial comenzó a las 9:00 am y se prolongó hasta las 3:30 pm. El punto final fue el asesinato de Rodríguez: lo mataron con dos tiros en la cabeza y luego de presenciar el homicidio, a su viuda Adriana Ollarves y a sus cinco hijos los sacaron de la residencia. “Un policía dijo: Agarra este papel y nos denuncias en el Cicpc en la avenida Urdaneta. Ya te lo matamos”.

Se supo que en el sector Las Cumbre, también en Mamera, otras dos personas resultaron muertas en las mismas circunstancias.


En búsqueda de culpables

El allanamiento efectuado en varias casas de Mamera, el jueves pasado, se hizo luego del hallazgo –más temprano– de dos cuerpos en el barrio Las Cumbres de Antímano,  que presentaban heridas producidas por impactos de bala. Los cadáveres fueron identificados como Jeanpiere Noriega, oficial de investigación penal, y Michelle Colina, de la unidad de inteligencia y prevención antidrogas, ambos de la Policía Nacional. El FAES dejó en claro que el allanamiento en Mamera, después del homicidio de dos de sus compañeros, fue realizado para buscar a los culpables del crimen.

Funcionarios del organismo detectivesco manejan el robo como móvil del hecho.  


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