Hace más de año y medio –desde el 30 de junio de 2016– que el mormón estadounidense Josh Anthony Holt, de 25 años de edad, y su esposa ecuatoriana nacionalizada venezolana, Thamara Belén Caleño, están presos en la sede del Sebin en El Helicoide. Gustavo González López, director de ese organismo, que era ministro de Interior, Justicia y Paz, declaró entonces que fueron detenidos por presuntamente poseer armamento de guerra en la vivienda donde la pareja vivía temporalmente  junto con las dos hijas de la mujer.

Carlos Trujillo, abogado defensor de Holt y su esposa, indicó que más allá del estado físico en el que se encuentran ambos –que han padecido una serie de molestias fisiológicas, tales como mareos, vómitos y dolores de estómago– la mayor preocupación de los familiares es el estado psicológico del matrimonio.

“Emocionalmente es muy difícil la situación por la que pasan, sobre todo por la tardanza en asignarles la sala penal para que el juicio se realice, además de fijarles el juez correspondiente”, manifestó Trujillo.

Recordó que en la Embajada de Estados Unidos en Venezuela designaron hace más de dos meses al  nuevo encargado de negocios, Todd Robinson.

“Los familiares de Holt están esperanzados por la posición del gobierno de Estados Unidos. Tal posición es clara: si el Estado venezolano está pidiendo algún tipo de comunicación con ese país, es una posibilidad siempre y cuando se hagan ciertas cosas. Robinson ha podido expresar que una de esas condiciones es resolver la situación de Holt y su esposa”, dijo.

Afirmó que el funcionario ha ejercido presión por el caso de Holt y exigió que se libere a los detenidos por razones humanitarias.

 “No estamos considerando nada fuera de las leyes venezolanas. Estamos centrándonos en lograr la audiencia de juicio y demostrar la inocencia de Holt y Thamara”, puntualizó.

El abogado aclaró que por los momentos se desconoce la fecha del juicio.

Robinson declaró: “Josh Holt ha estado detenido por casi dos años. Reiteramos nuestro llamamiento para que se le otorgue libertad, y creemos que el canciller Jorge Arreaza puede hacer esto posible. Nos decepciona que aún no se le haya otorgado libertad por medidas humanitarias. Consideramos que ha habido injusticia por las múltiples irregularidades y dilaciones que ha habido en la causa que se sigue contra Holt”.

En diciembre de 2017 –18 meses después de la detención, y que cuenta como irregularidad en el caso, como refiere Robinson– la pareja tuvo una audiencia preliminar en la que  la jueza Ana María Gamuza ordenó que fueran enjuiciados por cargos relacionados con armas y supuestos planes desestabilizadores contra el gobierno de Maduro. En la audiencia no se le permitió la entrada al máximo diplomático de la embajada estadounidense, otra de las anomalías en el  caso de Holt y su esposa.

El inicio de todo. Holt y su esposa cruzaron las  primeras palabras a través de Internet. El estadounidense, que habla español, participó en una misión con  hispanohablantes en el estado de Washington, asegura su familia.  Como ambos profesan el credo de los Santos de los Últimos Días, las conversaciones fluyeron y la atracción creció. Debían verse cuanto antes.

Por ello Holt viajó en mayo de 2016 a República Dominicana, donde se encontró con Caleño. Al mes siguiente se trasladaron a Venezuela para consumar la unión. El 16 de junio de ese año se casaron. Días después, funcionarios del  Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional irrumpieron en el domicilio donde se quedaban (Ciudad Caribia, un complejo de edificios a 22 kilómetros de Caracas adscrito a la Gran Misión Vivienda) y los detuvieron por presuntamente poseer  un fusil de asalto AK47, una granada MK2, municiones y un fusil de imitación modelo M4, además de “tener mapas estratégicos de la ciudad capital en su casa”, como  informó Gustavo González López, que era ministro del Interior.

Sueño americano. Una de las hijas de Thamara Belén Caleño fue recibida en el aeropuerto de Miami por Laurie Moon Holt, madre de Josh Holt. Debido a la situación en Venezuela, la abuela de la niña en Caracas decidió enviarla a Estados Unidos para que tuviera mejor vida.

Del aeropuerto en Florida se trasladaron a las afueras de Salt Lake City, en el estado de Utah, y “la pequeña espera reunirse allí algún día con su hermana, su mamá y su padrastro”, dijo Trujillo.

En un video publicado por Laurie Moon Holt en Facebook se observa a la niña jugando en el patio. “Está nevando, está nevando”, dice alegremente Moon Holt mientras ve a la pequeña sorprenderse por la nevada. “Se dice nieve, nieve”, le indica con voz jovial. Entretanto, la hija de Thamara Caleño le muestra una bolita de nieve.

Antes de que la pequeña y su abuela adoptiva se reunieran, ambas se enviaban mensajes de texto con emoticones. Moon Holt aseveró en su cuenta en la red social que la niña “es bastante inteligente, está aprendiendo rápido inglés”.


Una carta, muchas emociones

Joshua Anthony Holt escribió una carta a su familia en Estados Unidos desde el Sebin del Helicoide. Expresaba desconsuelo y tristeza, y denunciaba maltratos de agentes. “Desde que llegué a este lugar horrible donde los demonios se pasean por los pasillos, y escuché las palabras abandonar la boca de mi adorada esposa, con quien solo llevaba casado dos semanas, mi vida ha caído en la destrucción más absoluta (…) Con los ojos llenos de lágrimas, ella me miró a los ojos y me dijo: ‘Mi amor, están diciendo que encontraron un arma de fuego y una granada en nuestro apartamento”, se lee en la misiva. “La policía había entrado en nuestra casa  por tercera vez pidiendo 10.000 dólares y que luego habían plantado estas armas en el apartamento porque no teníamos dinero. Ellos le hicieron y le dijeron cosas horribles a mi esposa tratando de que ella hablara mal de mí, pero ella se negó a decir nada que no fuera cierto”, relata. “Hasta que volvamos a vernos”, se despide.



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