A pesar del dispositivo de seguridad anunciado por las autoridades con motivo del carnaval durante el cual se desplegaron funcionarios en varias entidades proteger a la ciudadanía, hubo varios homicidios.

La información oficial indica que en Vargas hay 3.600 funcionarios. En Miranda, 2.860, y en las principales vías y las 19 troncales están supervisadas por 184.556 policías adscritos a diferentes organismos.

Entre las víctimas de la violencia está el inspector del Sebin, Albert Andrés Camacho, de 29 años de edad, ultimado de múltiples tiros cuando se encontraba en una estación de servicio ubicada en el kilómetro 9 de la carretera Panamericana, en momentos cuando le surtían de gasolina el tanque de su camioneta Toyota 4Runner, placas AD124FD.

A la bomba de gasolina llegaron varios hombres que lo despojaron de su arma de reglamento y le dieron varios tiros. Camacho murió en el sitio.

Al oficial jefe de Poliaragua, José Antonio Flores Mejías, de 39 años de edad, lo ultimaron a tiros, frente a su casa en el sector Jesús de Nazareth, municipio Sucre de esa entidad. La víctima estaba de reposo.

El hecho se registró cuando Flores Mejías se encontraba con amigos y un grupo de personas que estaban en otra residencia los atacaron a tiros. Hubo un enfrentamiento y varios resultaron heridos.

De acuerdo con las cifras que lleva el comisario jubilado de Disip, Omar Vásquez Lagonell, en 13 días de febrero de 2017 ultimaron a 17 policías, mientras que en 13 días de febrero de 2018 van 12 funcionarios.

El sábado a las 5:30 pm Henry Agustín Gómez Álvarez, de 62 años de edad, taxista, fue capturado por varios hombres cuando conducía su Aveo por la avenida Los Ilustres; cuando el auto se acercaba a la alcabala de Los Próceres, el taxista gritó para llamar la atención y dijo que estaba secuestrado. Entonces, los delincuentes le dispararon en el abdomen y lo lanzaron a la calle. A partir de ese momento comenzó una persecución por lo que lo delincuentes se tornaron nerviosos y chocaron el Aveo contra el tronco de un samán. Cuando los militares les pidieron los documentos del automóvil se percataron de que el carro era robado.

Inicialmente el herido fue llevado a un ambulatorio cercano y luego lo trasladaron al Hospital de El Llanito donde murió. Henry Agustín Gómez Álvarez era padre de dos hijos. Tenía 20 años laborando como taxista. Debido a la inseguridad no trabajaba de noche; siempre a las 9:00 pm estaba en su casa, en la calle Santa Marta en Petare.


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