El martes a las 2:00 pm un adolescente de 14 años de edad fue víctima de un disparo accidental que le quitó prematuramente la vida en el sector La Frontera, en Mariches. Su nombre era Moisés Alberto Piñango Sánchez cuyos familiares relataron la historia en la morgue de Bello Monte.

Piñango Sánchez, junto con varios compañeros del liceo militar Monseñor Arias, salió de clases de tercer año de bachillerato, con la finalidad de reunirse en casa de uno de ellos para hacer los quehaceres académicos. Entre las conversaciones de los liceístas, un joven de 17 años de edad llegó a la vivienda y se sumó a la reunión. Sin embargo, los útiles escolares no formaban parte de lo que el adolescente traía consigo, pero sí tenía un arma de fuego; por ese motivo, los jóvenes dejaron de lado los cuadernos y se centraron en el nuevo instrumento. En medio del juego con la pistola, un niño de 12 años de edad le quitó el peine al arma y apuntó a todos los que estaban presentes. “Deja eso, no me apuntes”, le reclamó uno de los estudiantes.

El adolescente dirigió el cañón de la pistola hacia Piñango Sánchez. Como le había quitado el cargador, intuyó que halar del gatillo no representaría amenaza alguna. No obstante, cuando su índice empujó el percutor, el arma se accionó y disparó la bala que había quedado en la recámara. La bala impactó en el pecho de Moisés Alberto Piñango Sánchez.

El adolescente de 17 años de edad, al observar lo que había ocurrido, se dio a la fuga. Mientras tanto, un tío de la víctima y varios de sus compañeros de clases lo auxiliaron al herido y lo trasladaron a un centro hospitalario donde llegó sin signos vitales.

Joselyn Sánchez, madre de Moisés Alberto Piñango Sánchez, se encontraba lavando ropa en la casa de su suegra cuando fue notificada por quienes presenciaron el hecho. Rápidamente se dirigió hasta la escena del crimen, pero ya habían trasladado a su hijo al centro de salud. Con el rostro bajo la sombra de la tristeza y el desconsuelo, Joselyn Sánchez criticó: “Como madre me pregunto, ¿por qué esa arma estaba ahí? ¿Qué hacen unos menores de edad con una pistola?”. Las lágrimas escurrían por sus mejillas y continuaba narrando lo que por dentro de ella emergía. “Pido que los padres que tengan cuidado con las armas, que cuiden a sus hijos. No puede ser que un niño mate a otro”, manifestó.

Ante esta tragedia, la mujer afirmó que se mudaría del sector Las Flores, de Mariches, donde vivía con su hijo junto con otros dos más, una hembra de 10 años de edad y un varón de 12 años de edad, debido a que desea alejarlos de ese ambiente que se ve sumergido en sangre y violencia.

El niño que accionó el arma de fuego y el padre del adolescente que portaba la pistola se encuentran detenidos por el caso. Se desconoce el paradero del joven de 17 años de edad.


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