La UD2 de Caricuao, adyacente a la estación del Metro, fue el lugar donde Pedro Alexander Coronado Rodríguez pasó sus últimos momentos de vida antes de recibir tres disparos. Sus familiares, en medio del desconcierto que los embargaba, relataron lo sucedido en la medicatura forense en Bello Monte.

El sábado 16 de diciembre a las 3:00 am, Coronado Rodríguez, de 55 años de edad, regresaba de un concierto de gaitas en el Círculo Militar junto con dos sobrinos, quienes se quedaron cerca del Metro. Luego de dejar a sus familiares sintió en el silencio de la madrugada que alguien o varias personas, a bordo de un vehículo, lo seguían y mantenían vigilado.

La sensación que tuvo, indicaron los parientes, no estaba equivocada. Tres hombres se bajaron de un carro Renault y se dirigieron a donde se encontraba el comerciante en su camioneta Ford Ecosport. En vista del acercamiento sospechoso de esos hombres, él pensó que lo querían robar, aseguraron. Por ello les dijo: “Tomen, les doy todo lo que tengo”, a lo que ellos respondieron: “No vinimos a robarte, sino a matarte”. Luego de esas palabras el victimario accionó su arma de fuego en tres ocasiones. Coronado Rodríguez murió en el sitio y posteriormente fue trasladado a la morgue de Bello Monte.

Familiares de la víctima afirmaron que hace aproximadamente dos semanas había recibido amenazas de muerte y por lo insistentes que habían sido se lo dijo a su padre. Se dedicaba a comerciar varios tipos de mercancía y vivía en La Paz. Deja tres hijos de 26, 20 y 3 años de edad. Los allegados presumen que se trató de un sicariato, aunque desconocen los motivos por el cuál fue asesinado.

El Eje Noroeste de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas se hizo cargo de las averiguaciones de rigor acerca de este caso. Los detectives se encargaron de entrevistar a los familiares de la víctima y a los más allegados con la finalidad de aproximarse a los responsables del crimen. Los parientes presumen que fue una mujer quien entregó a Coronado Rodríguez, por razones desconocidas para ellos, a los hombres que lo asesinaron. El caso continúa en investigaciones.

Otro caso. Yonexon José Albarrán Romero, de 36 años de edad, que tenía problemas de adicción a las drogas, murió el viernes 15 de diciembre en el hospital Miguel Pérez Carreño después de recibir un tiro en el abdomen. El sábado 9 de este mes a la 1:00 am Albarrán se encontraba entre Plaza Venezuela y Sabana Grande cuando recibió el balazo, de acuerdo con lo declarado por sus familiares en la morgue de Bello Monte. Indicaron que una mujer evangélica de la zona les notificó lo que había ocurrido a las 4:00 am y que había sido trasladado al centro de salud. Los médicos pudieron operarlo con éxito. Sin embargo, Albarrán ingirió grandes cantidades de agua y murió debido a que tenía poco tiempo de haber sido intervenido quirúrgicamente. Estaba a la espera de una segunda operación.

Los parientes aseguraron desconocer los motivos por los cuáles fue herido por el impacto de un proyectil de arma de fuego. También manifestaron que era el mayor de dos hermanos y que deja en estado de orfandad a una niña de 9 años de edad. Señalaron que fue internado en 17 oportunidades debido a sus problemas de adicción. La policía judicial se hizo cargo de las pesquisas correspondientes en cuanto a este homicidio con el fin de aclarar el crimen y dar con el victimario.


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