El cadáver de Antonio Darío Cortés Guerrero, de 42 años de edad, fue hallado el domingo 18 a las 6:00 pm en su vivienda, en el sector 3, vereda 6, en Mamera I. Lo mataron de una cuchillada en la espalda y otra en un costado que le perforó el hígado.
Cortés Guerrero era comerciante y tenía una bodega en su casa donde vendía víveres. Los allegados al comerciante presumen que a la vivienda habrían entrado ese día en la mañana. Cortés escribió el último mensaje por Whatsapp a las 4:30 am.
Familiares dijeron que de la vivienda se llevaron comida, un decodificador de DirecTV, ropa, zapatos, dólares y bolívares.
Para poder ingresar a la casa, Juan Carlos Brito, amigo y compadre de Cortés Guerrero, dijo que tuvo que buscar al dueño para que abriera la puerta; al entrar, hallaron el cadáver.
Brito describió a su compadre como sociable, alegre, trabajador, que siempre animaba a la comunidad: “Era muy querido y apreciado”. Explicó que una clara demostración del cariño que sienten los vecinos por Cortés se concretó cuando llegó un autobús con habitantes de Mamera I para darle la despedida. Sus vecinos se apostaron a las puertas de la funeraria donde velaron el cadáver, antes de llevarlo a Táchira.
Los familiares de Cortés presumen que ingresaron el domingo al amanecer. El o los homicidas no violentaron la cerradura de la puerta de la vivienda.
Walter Marín, amigo de la víctima, dijo que cree que el homicida es alguien conocido de la casa que habría dado información para que entraran a robar. Agregó que en la vivienda hay señales de que hubo lucha entre víctima y victimario. Una comisión del Eje Noroeste de la policía judicial tiene la pesquisa.
El comerciante era padre de dos niñas y el mayor de nueve hermanos. Era oriundo de La Fría, estado Táchira, donde será sepultado.
Inseguridad. Otro cadáver ingresado a la morgue es el de John Molina, de 25 años de edad, a quien ultimaron a tiros el jueves 15. Molina vivía en el barrio José Antonio Páez, kilómetro 11 de la carretera de El Junquito.