“¡Mariches sin ley!”, refirió Josefina de Jesús Bolaños Cantillo, luego del homicidio de su quinto hijo, ocurrido el martes 26 de marzo a las 3:30 pm en el sector La Lagunita, de esa localidad mirandina.

La mujer relató que antes del hecho, su hijo Wilmer Ramón Bolaños, de 30 años de edad, asistió a una fiesta en la que sostuvo una discusión con unos hombres integrantes de una banda delictiva, quienes le reclamaron porque cruzó palabras con miembros de otra organización hamponil. “En esa fiesta le juraron la muerte y así fue, me mataron a mi muchacho”, dijo en la sede de la medicatura forense de Bello Monte, mientras esperaba que le entregaran el cadáver.

Tres días después de la discusión, el homicidio se concretó y a plena luz del día. Varios hombres fueron a la casa de Bolaños y lo convidaron a recorrer el sector a pie. Confiado, Bolaños los acompañó y en un terreno baldío los delincuentes lo acribillaron. Nueve tiros por la espalda y tres en el rostro. 

Minutos después, residentes en la zona acudieron al sitio y hallaron a Bolaños herido que clamaba auxilio. Un vecino avisó a la familia. La madre y otro de sus hijos mayores arroparon al hombre con una sábana y lo llevaron al hospital Domingo Luciani de El Llanito y, pese a los esfuerzos médicos, la víctima murió.

“Esos hombres no son amigos de nadie, me engañaron a mi hijo y me lo asesinaron, por eso tienen que pagar”, exclamó Bolaños Cantillo.

Bolaños era el quinto de 14 hermanos y padre de un varón de 8 años de edad y una bebé de meses. Nunca fue cedulado ni cursó estudios. Se ganaba la vida con trabajos eventuales de albañilería y las personas le pagaban con comida.

“Esas madres llorarán a sus hijos como en este momento lo hago por el mío. Como no tengo recursos para velarlo, lo meteremos en una bolsa negra y lo llevaremos al cementerio. Hemos recibido amenazas de los malandros porque denunciamos en la policía, pero no nos importa, no abandonaremos nuestras casas por eso”, dijo la madre de Bolaños.


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