Mientras dormía, a Carlos Eduardo Díaz Cuva lo atacaron hombres desconocidos que  le propinaron un golpe en la cabeza. El hecho ocurrió la madrugada del miércoles, cerca de la estación de bomberos situada debajo del elevado de El Paraíso que comunica con Quinta Crespo.

Díaz era un hombre de 38 años de edad que se encontraba en la indigencia desde hace 4 años, producto del consumo de heroína. En las estaciones de gasolina y negocios ubicados en El Paraíso, lo conocían como El Viejo, ya que era el más adulto del grupo de adolescentes y jóvenes, con las mismas condiciones de vida.

Si la policía lo permitía, Díaz ganaba dinero lavando vehículos. De lo contrario, optaba por pedir en los negocios o transeúntes. Su madre y dos hermanas que residen en Montalbán, se encargaban de llevarle comida, porque conocían los sitios de la parroquia que más frecuentaba y dormía.

La última vez que sus parientes lo vieron con vida fue el sábado. Lisette Briceño, hermana menor de Díaz, relató que el martes 19 de febrero se dirigía a la Clínica Popular de El Paraíso. Durante el trayecto fue abordada por varios conocidos de su hermano y le indicaron que se encontraba herido, tendido en el suelo y arropado, en una esquina. Los jóvenes se negaron a ofrecer mayores detalles; tampoco la acompañaron al lugar donde reposaba el cuerpo de la víctima herida, aún con vida.

“Cuando llegué a la esquina, allí estaba mi hermanito, arropado boca abajo. Lo revisé y le noté el golpe en la cabeza. Tomé un taxi y le pedí que me llevara al hospital Miguel Pérez Carreño. Mi hermano nunca reaccionó”, explicó Briceño.

Cuando fue ingresado al área de emergencias, Díaz comenzó a convulsionar y a defecarse encima. “Mi madre lo acompañó hasta el último momento, mientras mi hermana y yo buscábamos ropa limpia y sábanas”, agregó Briceño.

A la 1:00 am del miércoles, los médicos notificaron la muerte de Díaz a consecuencia de una fractura de cráneo, producida por un golpe con objeto contundente.


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