El cadáver de Miladis María Cantillo Pérez, de 44 años de edad, nativa de Colombia y con varios años de residencia en el país, fue desenterrado el pasado viernes en la parte alta de la Cota 905.

Estaba desaparecida desde el 11 de noviembre del año pasado. Sus vecinos y conocidos se extrañaron, porque tenían tiempo sin verla. Estaba de reposo luego de haber sido sometida a una operación estética, pero al pasar los días decidieron ir a la casa donde residía sola y, al no encontrarla, procedieron a hacer la denuncia en la policía judicial.

Una comisión de funcionarios detuvo a una de las personas implicadas, que los orientó al sitio donde la habían enterrado. Murió por estrangulamiento. Familiares de la víctima llegaron a la morgue para retirar el cuerpo.

A Zuleima Coromoto Hernández, de 52 años de edad, la mataron de un tiro en la cabeza el domingo 13 a las 7:30 pm, frente a la estación Capuchinos del Metro.

Era comerciante del Mercado de los Corotos en Quinta Crespo. Ese día trabajó en la mañana y habló por teléfono con su sobrina, Yasmín Marino, quien no supo más de ella hasta que la llamaron en la noche y le dijeron que el cadáver estaba frente a la estación del Metro. Zuleima Hernández vivía sola en una pensión de El Guarataro, parroquia San Juan.

Con la muerte de Miladis Cantillo y de Zuleima Hernández se eleva a nueve el número de mujeres ultimadas este mes en la Gran Caracas. 


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