Carlos Villar Báez, de 28 años de edad, dominicano, cantante de hip hop y reguetonero, conocido como el Mago de la Música, fue muerto a cuchilladas y su cadáver fue hallado semienterrado en un terraplén al final de la avenida Fuerzas Armadas.

Se lo llevaron el jueves en la madrugada cuando hablaba por teléfono en un pasillo de la quinta Olga, avenida Panteón, donde residía.

La última vez que Juana Felicia Báez habló con el segundo de sus tres hijos fue el miércoles pasado. Ella llegó el viernes en la noche de Aruba, después de enterarse de lo ocurrido.

Testigos manifestaron que a Villar Báez, que laboraba en una zapatería en el centro de Caracas, se lo llevaron dos hombres vestidos de negro y encapuchados. Le dieron cuchilladas en el pecho, la espalda y el cuello. Le cubrieron la cara con una franela. Le robaron el reloj, una cadena y demás pertenencias.

Báez dijo que su hijo tenía todo listo para irse a República Dominicana, donde vive su hija de 7 años de edad. Pasaría un tiempo en su país y luego iría a trabajar en Chile. También gestionaba una autorización para que su hijo, de 2 años de edad, que nació de la relación con una venezolana, pudiera irse a su país.

Se presume que ese niño estaba durmiendo en la quinta Olga, porque la madre se lo había llevado al papá, el martes, para que pasara unos días con él.

El Cicpc tuvo conocimiento del hallazgo del cuerpo porque una pareja anterior, que tuvo el reguetonero y con quien vivió cuatro años, recibió una foto del cadáver de Villar Báez, y luego llamó a ese organismo para notificar lo ocurrido. Una comisión de funcionarios del cuerpo policial se trasladó con ella al sitio para levantar el cuerpo e iniciar las investigaciones.

En una cuenta bancaria de esa mujer, la mamá de la víctima le depositaba dinero a su hijo desde Aruba. Esas cantidades de dinero le servirían a Villar Báez para irse del país, donde tenía seis años.


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