Los apagones recientes registrados en 95% del territorio nacional reflejan sus consecuencias en el ámbito delictivo, más en un país donde las políticas de seguridad preventiva quedaron sin efecto a consecuencia del alto déficit de policías para patrullar las calles, más en horas de la noche, en las capitales y municipios, aseguró el abogado y criminalista Fermín Mármol García.

Señaló que los tipos delictuales aumentan cuando no hay energía eléctrica. “La oscuridad es la mejor aliada del delincuente. Este individuo sabe que no hay seguridad pasiva en esos sectores y aprovecha la coyuntura para delinquir. Aunado a ello, sabemos que el tema de la seguridad ciudadana no ha sido una prioridad en el siglo XXI, porque Venezuela es un país presidencialista y buena parte de las políticas públicas las dictamina el jefe del Estado, quien ha tenido otras prioridades”, afirmó.

El experto en temas de seguridad indicó que dos de los delitos con mayor incidencia registrados durante los apagones son el hurto con destreza y el hurto con fractura, con incremento de más de 60% en Caracas.

Mármol García explicó que en el hurto con destreza el objetivo del delincuente se centra en los bienes comerciales: empresas e industrias y estacionamientos residenciales para sustraer piezas y partes de vehículos automotores. 

“La interrupción de la energía eléctrica trae consigo la inoperatividad de los sistemas de vigilancia a través de cámaras de circuito cerrados, alumbrado eléctrico y alarmas contra robos. El personal dispuesto para esas labores, los vigilantes, no puede llegar a su lugar de trabajo por la falta de transporte, todo esto complica lo que catalogamos como seguridad pasiva y, por tanto, no se puede levantar una alerta temprana sobre cualquier hecho delictivo que se registre durante una contingencia nacional como la que estamos pasando en estos momentos”, afirmó.

El especialista señaló que, por ejemplo, en el municipio Baruta se han registrado situaciones de hurto, en las que la comunidad ha reaccionado al estilo de finales de la década de los año 80 “cuando la gente apelaba al uso del pito, cornetas de aire, una cacerola, por no tener otro instrumento que activar por la falta de energía eléctrica”.

Dijo que en la urbanización Santa Fe unos malhechores penetraron en un estacionamiento con ánimos de apropiarse de un vehículo o de piezas y fueron sorprendidos por vecinos que levantaron la alerta. “El delincuente perdió el anonimato y fue aprehendido por los vecinos. Pero puede pasar que también emprenda la huida”, manifestó. 

En cuanto al hurto con fractura, Mármol explicó que se caracteriza por que el individuo se apodera de una cosa mediante el empleo de la violencia. Indicó que las personas deben evitar asistir a las autopistas para captar señal telefónica “porque son vías fáciles para convertirse en víctimas del delincuente”.

Advirtió que la situación es crítica y que los venezolanos están centrados en resolver las dificultades para conseguir alimentos, seguridad, medicamentos y asistencia médica. “Es un momento menguado que requiere de mucha solidaridad. Estas deficiencias las conoce el delincuente”, subrayó.


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