“Me quedé sin hijos”, dijo Gledoya Pastora Ramírez al salir ayer de la medicatura forense de Bello Monte, donde realizaba los trámites para el reclamo del cuerpo de su hijo César Alexander Ramírez Ramírez, que murió a tiros a manos de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas el lunes al  mediodía, en la calle 4 de Sabana del Blanco, parroquia La Pastora.

El informe policial afirma que la víctima inició un intercambio de disparos contra  los agentes con un arma calibre 38.

Primer hecho. El 2 de mayo del año pasado, el Cicpc asesinó a Keiber Alejandro Ramírez Ramírez, hijo mayor de Gledoya Ramírez. “Los policías lo abordaron cerca de la casa, le dieron un tiro en una pierna y lo dejaron en el hospital Vargas, donde lo vimos muerto con dos tiros más en el pecho”, agregó la madre.

El cuerpo detectivesco alegó que Keiber Ramírez estuvo implicado en el robo de una panadería cerca de la zona.

“Cuando vinimos a la morgue con representantes del Ministerio Público, los policías frente a los fiscales asumieron que se trató de una equivocación”.

Transcurrido un mes de ese hecho, la familia de Keiber Ramírez presentó varias denuncias contra el Cicpc en el Ministerio Público y Defensoría del Pueblo. “Los policías me dijeron que se vengarían y por eso mataron a mi segundo hijo”, aseveró.


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