El comerciante Iván Ruiz está dispuesto a llevar hasta donde sea necesario el caso de agresión verbal y física que sufrió hace más de una semana en Turumo, parroquia Caucagüita, que lo obligaron a abandonar su residencia.

Cuando ocurrieron los hechos, Ruiz tuvo que solicitar la ayuda de un amigo que trabaja en un cuerpo policial para que fuera a rescatarlo. Aunque actualmente continúa fuera de su casa, contra la que incluso dispararon, teme que pueda ser objeto de robo o de destrozos.

Todo comenzó hace más de 15 días cuando adquirió por 14.153 bolívares la caja CLAP que distribuye el consejo comunal Luchemos por Turumo.

Luego de pagar, Ruiz preguntó qué pasa si alguna persona no tiene dinero para adquirir los alimentos del CLAP y una integrante del consejo comunal, cuyo nombre se reserva, le respondió: “Que vaya a ver dónde consigue su caja”.

Después de eso Ruiz se fue a trabajar y cuando atendía a un cliente recibió una llamada de la mujer alterada. En la grabación, que el hombre conserva, se escucha cómo lo insulta y luego le advierte: “¡Cuando vengas, vas a saber quién soy yo!”.

Al recibir esa amenaza el comerciante se dirigió a la División de Víctimas Especiales del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas para formular la denuncia. También acudió a la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público.

En esta última dependencia le entregaron una orden de alejamiento para que se la hiciera llegar a la mujer.

Una vez que el comerciante llegó a Turumo para entregarle la orden a la mujer, una pariente de ella se enfureció y lo agredió. Inmediatamente, otros integrantes del grupo familiar se sumaron al ataque.

Después de eso, el hermano de la última mujer fue a la vivienda de Ruiz. Como no le abrieron la puerta la destrozó, así como la reja de la casa. El comerciante contó que el hombre gritaba: “Sal maldito, hoy te vas a morir. Hoy vas a conocer al diablo y a Cristo”.

Ante esa situación Ruiz llamó al Cicpc y a Polisucre, pero ningún representante de los dos organismos se presentó. Un funcionario del cuerpo de seguridad del municipio que estaba de guardia le dijo que lo que ocurría no ameritaba la presencia policial.

Entre tanto, el agresor buscó un arma de fuego e hizo tres disparos contra la casa que le destrozaron el aire acondicionado

La víctima llamó entonces al 171 y 911 sin obtener respuesta.

Cuando al fin llegó un funcionario de Polisucre, los agresores dijeron que era Ruiz quien los había golpeado y citaron a una testigo, que luego negó haber visto el suceso.

Ahora el comerciante está refugiado en la residencia de un familiar y tiene previsto vender su casa, adonde no ha regresado porque no puede hacerlo sin protección de algún organismo policial.

Mostró constancias de las denuncias que hizo después de ser amenazado y agredido, así como la orden para que le practiquen un examen médico forense debido a las lesiones que sufrió.

Hizo un llamado a Freddy Bernal, encargado de los CLAP; y a Héctor Rodríguez, a cargo de Corpomiranda, para que investiguen y se den cuenta de cuál es la verdadera situación tras el suministro de los alimentos. 

“Piden colaboración porque no tienen sueldo”, dijo al referirse a los responsables de recibir el dinero de las cajas CLAP. “Que se aboquen más al pueblo y vean la realidad”, expresó Ruiz. 


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