Cuando comenzaron las detonaciones en la calle 37, en el barrio Unión de Petare, en la vivienda de la familia Machado corrieron para cerciorarse de que todos los niños estaban bien.Era lunes, 2:00 pm. Desde la platabanda de una vivienda cercana un hombre armado disparaba contra los integrantes de una banda rival, presumiblemente ubicados en la parte baja del sector. Entre uno y otro bando quedaba la gente en busca de resguardo.En la planta inferior de la casa de los Machado se preguntaban dónde estaba Javier. Un tío recordó haberlo visto frente a la televisión, en la planta de arriba. Al subir las escaleras vio que el niño estaba tendido en el suelo, en medio de un charco de sangre. Aún estaba con vida.?El tío lo sacó y en una moto lo llevaron al Luciani. Apenas llegaron al hospital nos dijeron que no había esperanzas de salvarlo?, recordó Francis Rengifo, amiga de la familia.El niño, de 7 años de edad, tenía una herida en la cabeza. Al parecer una bala perdida entró por una ventana de la vivienda que estaba abierta y lo impactó directamente.Nadie en el inmueble escuchó gritos o quejas. Creen que el niño fue herido mientras estaba distraído. Murió en el hospital de El Llanito cuatro horas después. Rengifo reconoció que los médicos se esforzaron por mantenerlo con vida.Esa misma noche, funcionarios del Eje Este de Investigación de Homicidios iniciaron las averiguaciones. En el inmueble hicieron un levantamiento fotográfico, entrevistaron a algunos de los familiares del niño y colectaron el proyectil que pudo haberlo matado. Ninguna de las ventanas estaba fracturada.Javier Machado cursaba primer grado en una escuela del sector. Cuando ocurrió el tiroteo su madre había salido a comprar los boletos del autobús que los llevaría a Maturín a pasar las festividades navideñas. El impacto causado por la muerte de uno de sus hijos le impidió acudir ayer a medicina legal. Otros familiares adelantaban los trámites para el retiro del cadáver.Según Rengifo, los tiroteos entre las bandas que operan en el sector se han hecho rutinarios. ?Eso ya es normal?, dijo.Los cuerpos policiales tienen escasa presencia y la gente ha optado por resguardarse en sus casas. No obstante, indicó, eso tampoco garantiza la seguridad.Los familiares del niño no habían decidido dónde harían el velatorio. Era la primera vez que la familia pasaba por esta situación.Cifras265 menores de edad, como mínimo, han sido víctimas de homicidios durante 2015 en el Distrito Capital, según cuenta extraoficial. 4 casos han ocurrido en las últimas 2 semanas.


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