Con el asesinato de María Isabel Medina León, de 43 años de edad, se elevó a 42 el número de mujeres que han muerto en la Gran Caracas víctimas de la violencia, en lo que va de 2018, según datos de la prensa. Medina León recibió un tiro en la cabeza frente a su nieta de 2 años de edad, el jueves 7 a las 8:00 am.

Medina se desempeñaba como empleada doméstica y ese día acababa de salir de su apartamento, ubicado en el piso 10 del edificio de la Misión Vivienda que está situado detrás del Banco Central de Venezuela, en la avenida Urdaneta. Cuando se disponía a tomar el ascensor, se encontró a la ex pareja de su hija, Aarón Palacios Rengifo, de 32 años de edad, quien sin mediar palabras le disparó en la cabeza.

Vecinos del edificio trataron de socorrer a la mujer, pero murió de forma instantánea. La niña quedó al resguardo de otros parientes del victimario, que viven en el piso 7.

Palacios Rengifo tenía varias denuncias por agresión, en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y en la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público.

“Hace cinco meses la madre de la niña lo dejó porque la golpeaba en público y la amenazaba de muerte. Fuimos muchas veces a los organismos de protección a la mujer, pero ninguno actuó en su debido momento. El hombre se vengó al matar a la abuela de su propia hija”, relató en la morgue de Bello Monte un pariente de la víctima, que prefirió no identificarse. Familiares de Medina León presumen que el agresor actuó contra ella “porque pensaba que era la culpable de la separación”. El homicida se encuentra prófugo de la justicia.

Muerto en Propatria. El viernes en la mañana, en la plaza de Propatria cerca de la estación del Metro, unos transeúntes hallaron el cuerpo de un hombre que luego identificaron como José Luis Mejías Cabello, de 25 años de edad, mototaxista del sector. El cadáver presentaba heridas por arma de fuego en la espalda.

En la sede de la medicatura forense de Bello Monte, familiares de la víctima relataron que el jueves pasado el hombre salió de su residencia en La Ciudadela, en la avenida El Cuartel, con destino a los tribunales, pero nunca regresó.

Su familia indicó a las puertas de la morgue que Mejías debía presentarse en los juzgados cada ocho días durante tres meses, porque se le implicó en el hurto de un vehículo. Indicaron que no descartan la venganza como móvil del hecho.


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