En Puente Monagas, parroquia La Pastora, una reparación de Hidrocapital realizada en noviembre pasado ha dejado por más de cuatro meses tubos atravesados y escombros en la calle, situación que afecta a los vecinos, comerciantes y transeúntes de una comunidad, donde vive una numerosa población.

“Esto afecta el paso de los vehículos porque es una calle muy concurrida. Con estos tubos atravesados en el medio los conductores deben tomar otras vías, rodear esta y dar vuelta por las otras calles para movilizarse”, expresó Francisco Iriza, vecino del sector.

La compañía llevó a cabo una reparación de varios días en la avería de 12 pulgadas de diámetro en una de las tuberías. Había un enorme botadero de agua que interfería en el suministro en varias parroquias en el oeste de Caracas.

La empresa, sin embargo, dejó un problema de igual relevancia al abandonar tubos de unos cinco metros que entorpecen el paso por la calle, acompañados de escombros. El lugar ha derivado en una acumulación de basura que también causa molestia.

Iriza, que atiende una restauradora de muebles en la cuadra, afirmó que su trabajo y el de los demás comercios se ven perjudicados por la obstaculización de la vía. “La clientela sale afectada con esta situación porque se les dificulta acercarse hasta acá, estacionarse, y para irse luego es el mismo problema”, señaló.

Vecinos aseguraron que se han comunicado en reiteradas ocasiones con la compañía, pero no les han dado respuesta. “En el momento de la reparación prometieron que retirarían los tubos, de hecho le hemos enviado comunicaciones para que vengan a llevárselos, pero  nada que solucionan”, dijeron.

“También se comprometieron en asfaltar la calle, que durante la misma reparación se dañó hasta llegar al deterioro en que se encuentra, pero es la misma espera, todo sigue igual”, expresó Iriza.

El polvo generado por los residuos se levanta con el paso de los vehículos y ha afectado las vías respiratorias de quienes deben transitar a diario por esas calles.

“Es mucho polvo el que quedó, a varios acá les ha dado gripes menores porque cuando los carros pasan se levanta la polvareda y uno debe taparse la boca para evitar tragarlo”, señaló Carmen Gutiérrez, residente del sector.

La hora de mayor tránsito automotor suele ser al mediodía cuando los estudiantes terminan sus jornadas en liceos que rodean el sector. En ocasiones, para evitar dar largas vueltas, los motorizados se montan en la acera para cruzar la calle, a la vez que lidian con los  peatones que evitan ser atropellados.


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