Una densa capa de humo tóxico cubre todas las noches el cielo de Cúa, capital del municipio Urdaneta en el estado Miranda. La humareda es producto de la quema de desperdicios sólidos en un vertedero improvisado que se instaló hace más de tres años con la anuencia de la alcaldía en la Zona Industrial Marín I, otrora parque industrial que tuvo su auge en la década de 1980.

Vecinos y trabajadores del lugar denunciaron que desde hace un mes se ha intensificado la quema de basura en el lugar, lo que ha afectado la salud de los habitantes y visitantes de los sectores aledaños, entre los que se cuenta el hospital Dr. Osío de Cúa.

“Desde hace cuatro semanas empezaron con las quemas constantes, pero esto lleva años con sus interrupciones. El humo se ve en buena parte del día en todo el centro del pueblo; esto es insoportable. Mis nietos han estado todo el año con problemas respiratorios, no se consiguen los antialérgicos y nadie responde por esa arbitrariedad”, señaló Luisa Seijas, habitante de las Residencias El Condado, un conjunto de edificios localizado a 300 metrosdel vertedero.

El patio, de poco más de una hectárea de extensión, funciona en las ruinas de una antigua fábrica como una precaria planta de transferencia que fue autorizada por la Cámara Municipal, pese a los daños ambientales y riesgos para la salud que representan los gases que se producen por la combustión de los desechos, expresó el concejal Juan Carlos Moreno.

“Tenemos tres años denunciando el daño que ocasiona la quema de desperdicios en ese lugar, pues afecta a todo el municipio, a las pocas fábricas que quedan en el complejo industrial, a los residentes de zonas aledañas y a los pacientes del hospital”, aseguró.

La basura acumulada alcanza más de tres metros de alto diariamente y genera gran cantidad de sustancias químicas dañinas para el ser humano, como gas metano, monóxido de carbono y dióxido de azufre, todos altamente tóxicos, que llegan directo al hospital Dr. Osío de Cúa, centro asistencial en el que se atienden partos y emergencias, separado por escasos 900 metros del lugar.

Yoseth Navas, quien asiste regularmente a realizarse el control prenatal en ese centro de salud, se dijo víctima de la contaminación propiciada por esta actividad: “El humo llega hasta el hospital, queman a toda hora, como tiene tanto tiempo así, he empezado a venir con tapabocas”, dijo.

A finales de agosto, Peter Manrique, director de la Alcaldía de Cúa, informó que el botadero sería clausurado de forma definitiva una vez que se trasladara toda la basura depositada al relleno sanitario La Bonanza. Luego de este anuncio los incendios se interrumpieron por casi un mes, hasta el pasado 6 de noviembre.

La falta de respuesta gubernamental ha motivado varias protestas en las que se ha exigido el cierre del basurero, la última fue realizada el miércoles cuando vecinos y trabajadores del sitio trancaron por casi una hora el paso por la carretera nacional Charallave-Cúa, importante vía que conecta estados llaneros con Caracas. No obstante, el reclamo no fue atendido y esa misma noche una nueva nube de humo volvió a ocultar el firmamento de Cúa.


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